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Patrimonio natural de Marmolejo

-Ricardo Fernández Perales- (*)

En este artículo trataré el tema de los árboles y arboledas singulares del olivar marmolejeño. En muchos casos se trata de árboles situados en linderos que se han salvado de la corta (pues no olvidemos que en las últimas décadas buena parte de estos linderos han desaparecido debido a la falta de sensibilización por parte de agricultores acerca de las ventajas que estos aportan) y han quedado aislados en medio del olivar, lo que les ha permitido crecer sin demasiados obstáculos hasta alcanzar una edad y dimensiones excepcionales. De esta forma cabe destacar algunos buenos ejemplares de encina, pino o cornicabra que a continuación describiré.

Chaparro centenario en la Dehesa Cerrada.

Encina  en la casería de San Luis.

En primer lugar he de destacar, al menos, un par de ejemplares de encina (Quercus ilex), aunque posiblemente no sean los únicos de dimensiones similares en nuestro pueblo. Uno de ellos se encuentra en el entorno de la casería de San Luis, se aprecia perfectamente desde la carretera que va hasta la Dehesa Cerrada. El otro se encuentra en un olivar cercano a la casería de Los Mártires, conocido dicho olivar por el nombre de El Chaparro. Ambos poseen dimensiones parecidas, sin duda se trata de árboles centenarios, si bien es cierto que en comparación con las grandes encinas de la Península se quedan pequeños. Sin embargo, desde mi punto de vista, los considero monumentos naturales cuyos dueños y autoridades políticas municipales (en este caso marmolejeñas) deben de respetar, e incluso éstos últimos crear alguna especie de norma que garantice su protección y cuidado, para engrandecer de esta forma el patrimonio natural marmolejeño.

Por otra parte, he de mencionar otro árbol centenario situado en  las cercanías del cortijo “El caserón del Pino”, al cual da nombre, se trata del Pino de Mazuelos; es un ejemplar de pino piñonero (Pinus pinea) cuyo nombre “Mazuelos” se atribuye a que ese lugar era de un antiguo propietario llamado Vicente Mazuelos Valdelomar, empresario agrícola que poseía fincas de olivar en Marmolejo y Castro del Río. Sorprende encontrar un árbol de tales magnitudes en pleno olivar. Aunque en la sierra no sea difícil encontrar ejemplares similares o mayores, el hecho de situarse en el olivar y haber perdurado tantos años merece el reconocimiento de los marmolejeños y descubrirse ante él. Es éste, el árbol más impresionante, a mi parecer, de nuestro olivar.

 Detalle del tronco y copa del Pino Mazuelos

El pino Mazuelos  desde el corral de la desaparecida casilla de Mazuelos.

Pino de Mazuelos. (Foto realizada en 1974, cuando aún conservaba todas sus ramas y frondosidad)

Un ejemplar similar al Pino Mazuelos se situaba en la casería de Aguilera, en el pago de la Sierra. Cuentan los mayores que el viento acabó con su vida a principios de los sesenta, partiéndolo por la copa, en un año de muchas lluvias.







Recreación de la desaparecida casería de Aguilera  (construida hacia 1775), con el pino centenario que tiró el viento a principios de los sesenta del pasado siglo. Dibujo de Robles.

Cornicabra centenaria en un lindazo de la casilla de Olimpia (el tronco no se aprecia al encontrarse cubierto por zarzaparrilla).

Ahora paso a hablar de la cornicabra (Pistacia terebinthus) centenaria convertida en árbol, situada en las cercanías de la casilla de Olimpia junto al arroyo de Los Caros. Este árbol me sorprendió gratamente al descubrirlo mientras paseaba por el campo, ya que de por si, la cornicabra no es muy habitual verla en las lindes del olivar marmolejeño, a diferencia como puede suceder con el lentisco o retamas, por ejemplo. Además, la cornicabra suele aparecer siempre con porte arbustivo,  y en raras ocasiones llega a alcanzar el tamaño de un árbol. Para que suceda esto, ha de pasar muchísimo tiempo, de ahí mi sorpresa.



El hecho de encontrar este gran ejemplar de cornicabra en un lindazo de olivar, puede indicar quizás que en tiempos remotos esta especie fuese más habitual de lo que lo es en la actualidad y que por fenómenos como la conversión a la agricultura del campo, menguara su población quedando este ejemplar reductual como muestra de ello. Esto es una mera hipótesis mía, no obstante si se pueden encontrar ejemplares con algo más de facilidad en otras zonas como La Umbría de los Negros o Loma  de Candelas. Los ejemplares de cornicabra más antiguos catalogados en la Península se encuentran en Baldellou (Huesca) y Cabra (Córdoba).

He de citar también una arboleda, en concreto alameda, la alameda de la alcobilla de la Marquesa, en las inmediaciones de la casería del mismo nombre. Aunque son varias las arboledas que podemos encontrar en nuestro término, he querido resaltar esta por su belleza. Se trata de ejemplares de álamo negro (Populus nigra) fundamentalmente. Su conjunto da sombra al nacimiento del arroyo de La Marquesa; lo que en su tiempo fuese una alcobilla donde la gente podía saciar su sed bebiendo sus aguas, en la actualidad tan sólo son restos que nos indican la presencia de ésta en tiempo pasado. Desde el entorno se puede observar una bonita panorámica de Marmolejo con Sierra Morena al fondo. También, en sus cercanías, se puede observar un ejemplar de aladierno (Rhamnus alaternus) convertido en árbol, aunque esto no es algo tan extraño como en la cornicabra, tampoco suele ser muy habitual, acostumbrados a verlo con porte arbustivo.

Alameda de la Marquesa.

Alameda en los antiguos huertos de la  casería de la Marquesa.

Por último haré mención a fenómenos en los que la vegetación le ha ganado la partida al olivar, extendiéndose ésta de forma natural hasta recuperar terrenos de ladera en los en los que el cultivo de olivar era inviable, pero que en épocas de pobreza se aprovecharon para rentabilizar al máximo la tierra. En este aspecto cabe destacar la ladera situada en las cercanías de la cuesta de Maria Giralda con el Guadalquivir a sus pies; o las laderas que se encuentran entre la casería del Cañuelo y el río Yeguas (por citar dos ejemplos claros). De esta forma lo que antaño fueron laderas de olivos fatigosas para el agricultor, son hoy pequeñas islas entre mares de olivos que albergan cantidades importantes de vegetación y fauna.





Ladera en los Menchones del Cañuelo, reconquistada por la vegetación con las Tres Cabezas al fondo.

Ejemplar de Aladierno

Por último me gustaría comentar que convendría valorar aquellos ejemplares de árboles y arbustos que sin ser especialmente singulares, son fundamentales en el paisaje. Creo que las últimas fotos son bastantes explícitas en este sentido.

Linde de lentiscos en las casillas del Marqués

Linde con retamas, con las casillas del Marqués al fondo.

Notas:

(*) El autor del texto realiza en la actualidad estudios de Grado Superior en Gestión de los Recursos Naturales y Paisajísticos.
(*) Fotos: Ricardo Fernández y Manuel Perales

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