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Los arrendatarios olivareros a principios del siglo XX: El caso del marmolejeño Andrés Pastor Peña (1881-1957)
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El presente estudio tiene por finalidad hacer una aproximación a la figura de los arrendatarios de bienes rústicos en la Andalucía de comienzos del XX, poniendo el foco, especialmente, en la trayectoria personal del agricultor y arrendatario marmolejeño, Andrés Pastor Peña, personaje de talante emprendedor imbuido de principios conservadores, a pesar de su origen humilde.
Pregón de la Feria del año 1987
Publicado el 27 de Junio de 2023
En primer lugar bienvenidos y bienvenidas a este pórtico de nuestra Feria que hemos querido celebrar en la Plaza de la Constitución: antes, ahora y siempre, la plaza de todos. En mi nombre y en el de la Corporación Municipal, !Felices Fiestas!.
Es un honor hacer de pregonero de la Feria de mi pueblo, habida cuenta de que me consta la existencia de paisanos más cualificados que el que os habla, para llevar a cabo el presente cometido con plenas garantías de éxito.
Marmolejo y la Batalla de Bailén
Publicado el 26 de Agosto de 2022
Son abundantes las obras artísticas en conmemoración de la renombrada batalla de Bailén que, como es bien sabido, tuvo lugar en las inmediaciones de la localidad vecina un tórrido 19 de julio de 1808. Pueden contarse por decenas los poemas, cuadros, novelas, esculturas, partituras, etc. que conmemoran tal efeméride. Por poner un ejemplo cercano, recordemos el Monumento a las Batallas en la capital provincial, obra del insigne escultor santistebeño Jacinto Higueras, que conmemora dicho evento junto a la batalla de las Navas de Tolosa.
Eduardo León y Llerena y el Balneario de Marmolejo
-Manuel Perales Solís-
Introducción:
El próximo día 12 de julio de 2014, tendrán lugar las primeras jornadas de Historia de Marmolejo dedicadas, en esta primera edición, al Balneario de Marmolejo y su historia. El trabajo que a continuación expongo constituirá parte fundamental de la ponencia que me ha tocado desarrollar en la que centraré la atención en la figura de León y Llerena, tantas veces enaltecida por unos y vilipendiada por otros, aunque finalmente debamos de concluir que aquella empresa en la que se empeñó a fondo en los últimos años de su vida, reportaría a los marmolejeños un nivel de progreso y bienestar económico, como nunca antes habían conocido.
Antecedentes de la explotación privada: Marmolejo y sus aguas minero-medicinales entre 1818 y 1882.
La explotación de las aguas minero-medicinales que fluían de unos manantiales en la orilla izquierda del Guadalquivir había corrido por cuenta del Ayuntamiento de Marmolejo entre 1818 y 1882, año en que, al parecer, por deficiencias presupuestarias para afrontar una serie de reformas exigidas por las autoridades provinciales en la Fuente Agria acabaron por acelerar su venta mediante subasta a manos privadas. Desde entonces eran adquiridas por el diputado del partido liberal, Eduardo León y Llerena, con el nombre de “Establecimiento de Aguas y Baños Medicinales Naturales de Marmolejo”.
A partir de ese momento la villa de Marmolejo conocerá una “edad de oro” en la que su economía empezó a depender fundamentalmente de la multitudinaria afluencia de agüistas, discurriendo por sus calles gentes de toda condición social venidas desde los más recónditos lugares de la geografía nacional.
Pero lo verdaderamente novedoso para esta pequeña localidad sería la afluencia a sus fondas y hoteles de un sinfín de personalidades significadas en las diferentes actividades humanas dispuestas a mejorar sus dolencias, unas veces, y a venderse socialmente, otras, aprovechando la supuestas bondades de las aguas y la amistad con el influyente León y Llerena, personaje de primera fila en la estructura político-administrativa de la gobernación del país, que rehuyó siempre ser ministro, pero al parecer con gran ascendiente y predicamento entre las élites gobernantes.
Según nos dice el doctor Juan Cruz y Vázquez en la obra “Análisis Químico y Memoria de las Aguas Alcalinas de Marmolejo”: “El conocimiento de las virtudes medicinales de las aguas de Marmolejo se debe a Juan de Dios de Ayuda, (médico titular de los cabildos de la ciudad de Guadix) quien en 1793 las describía ya en un tratado sobre las principales fuentes de Andalucía. Desde esa época hasta el año de 1818 no fueron conocidas oficialmente, quedando en poder del municipio de Marmolejo que dada su precaria economía, no pudo hacer nada para embellecer los alrededores del punto en que emergen ni levantar un establecimiento según prescribe la ley vigente de aguas minero-medicinales, ni hacer otras varias reformas que los adelantos de la hidrología reclaman”.
De todas formas era conocida ya la afluencia de agüistas forasteros que desde principios de siglo acudían a las aguas como lo corrobora el hecho referido en 1823 por Santiago Gallardo en su trabajo “Marmolejo y su Balneario: un estudio histórico, siglos XIX y XX”. Dice así: “La mañana del día 13 (no se precisa de que mes) el vigía de la torre avisó la venida por el camino del Calvario de una partida de Infantería como de 100 hombres y al momento se armo el vecindario y se presentó al frente de la entrada proclamando a viva voz al Señor D. Fernando Séptimo por Rey absoluto con que se verificó se contuviesen y haciendo señales de querer entrar en conversaciones se permitió que se llegase a la puerta al Comandante y un asistente, ambos desarmados y llegados en estos términos solicitó un pequeño refrigerio para su tropa que le habilitó la generosidad de los que estaban dispuestos a perecer en defensa de los legítimos derechos de S.M., retirándose al punto que ocupaba la partida que era perteneciente al Regimiento de América. Todos estos hechos arrancaron lágrimas de placer llenando de admiración a la multitud de forasteros que se hallaban en el pueblo con motivo de tomar las Aguas Minerales”. Debemos de suponer que dicha partida recorría los pueblos de la comarca durante el mes de abril, en apoyo a la restauración del régimen absolutista de Fernando VII , tras el paréntesis de gobiernos constitucionales habidos entre 1820 y 1823.
Hemos de tener presente como nos indica Luis Alonso Álvarez en su estudio sobre el turismo termal en España que hacia finales de siglo XVIII y comienzos del XIX existía ya en España una demanda documentada que conformaban no sólo las élites sino también amplios grupos populares y campesinos que buscaban durante los meses de verano recuperar su salud por medio de los baños y la ingesta de aguas. A esas demandas pretendieron dar satisfacción algunos emprendedores de extracción aristocrática o eclesiástica y en otros casos de clase burguesa, mediante la recuperación de los antiguos establecimientos romanos y árabes o realizando nuevos balnearios.
Esteban León Medina, padre de Eduardo León y Llerena. Fuente: Diccionario biográfico de parlamentarios andaluces.
Existían no obstante como apunta Luis Alonso Álvarez “algunos obstáculos para que lo que era hasta entonces una práctica popular o culta se extendiese también al resto de grupos sociales. Entre los obstáculos más destacados, figuraba la ausencia de una regulación de la actividad que hacía que muchos centros de curación careciesen de las mínimas condiciones de higiene y bienestar. A esto se debe de añadir la inestabilidad política de España durante el periodo con frecuentes cambios de gobierno –entre absolutistas y liberales-, continuos golpes de Estado entre las distintas facciones del liberalismo y una amenaza constante de los rebeldes carlistas, esa variante del absolutismo que contribuyó en gran medida a crear una inseguridad colectiva poco favorable a la práctica de los desplazamientos que exigía este primitivo turismo terapéutico. Además, la carencia de infraestructuras de transporte que los facilitasen, como vías férreas, y carreteras y servicios de correo y telégrafos, y para completarlo, desde la perspectiva de la oferta, la indefinición de los derechos de propiedad sobre las fuentes termales en un periodo de cambios radicales en la legislación, que dificultaba en gran medida la inversión en el sector”.
Eduardo León y Llerena en sus primeros años de diputado (1869-1872). Fuente: Diccionario biográfico de parlamentarios andaluces.
Nota necrológica publicada en la revista Blanco y Negro con motivo de la muerte del senador Eduardo León y Llerena. Fuente: Blanco y Negro del 11 de agosto de 1900, número 484).
Entre 1817 y 1867 estaríamos en una larga etapa de gestión municipal de los manantiales, en la que es preciso destacar la labor difusora de las virtudes de las aguas que lleva a cabo con escasos recursos, el médico Vicente Orti y Criado, en medio de una época turbulenta lastrada por las crisis agrarias y por episodios relacionados con la guerra carlista con propagación de enfermedades y de epidemias como la del cólera morbo del verano de 1834, circunstancias que evidentemente debieron de retraer la visita de los agüistas. Este cordobés nacido en Castro del Río obtenía en 1817 por oposición la plaza de director de las Aguas Minerales de Marmolejo, siendo nombrado por el rey Fernando VII para tal fin. Disfrutó por ley del goce del Fuero de Criados de la Casa Real, razón por la cual cuando fue propuesto el 22 de febrero de 1833 para desempeñar el cargo público de Síndico Personero del Ayuntamiento de Marmolejo, alegaría estar excusado para ejercer puestos de responsabilidad política, aunque años después le veremos plenamente comprometido en la gobernación del municipio y con la causa liberal moderada encarnada por la reina niña Isabel II en los difíciles años de la primera guerra carlista.
La figura de este humilde médico fue adquiriendo especial notoriedad entre los marmolejeños y la pequeña colonia de agüistas que venían por estos años, empezando a compaginar su función de médico-director con ciertas responsabilidades el gobierno local. Así en 1833 era propuesto para el cargo de Síndico Personero del Común; en enero de 1834 integró la Junta de Sanidad Municipal, ejerciendo de Secretario de la misma, debiendo de hacer frente a la terrible epidemia de cólera morbo que asoló la población desde principios del verano con un resultado de más de 200 personas fallecidas, circunstancias dramáticas agravadas aún más por la falta total de cosechas de granos y de aceituna que llevó el hambre y la miseria a casi toda la población. El informe del Alcalde Bartolomé Serrano Ruiz, dirigido al Gobernador Civil, hacía mención a tan tristes circunstancias: “En una población como ésta de 2000 habitantes, el cólera morbo podrá atacar ocasionando la muerte a 200 personas...El hambre en la misma ataca, por lo menos, a 1950 personas, cuasi todos pertenecen a la clase de pobres, mendigos, jornaleros pobres, artesanos y propietarios en pequeño, que todos perecen por falta de recursos para cubrir sus principales atenciones...La cosecha de granos ha sido nula, encontrándose los ejidos donde se verifica la saca (del grano) tan limpios como a fines de septiembre en años abundantes. La cosecha de aceituna pendiente es también nula. Por todos estos hechos desgraciados el hambre está a la vista y causando ya sus efectos. El hambre ha de ser causa que aumente los funestos progresos del cólera y en la proporción que aumente la miseria han de aumentar los hechos criminales.”(3).
En septiembre de 1834 se le elegía como Regidor primero y en diciembre de 1835 se le nombraba Sindico Procurador para hacerse cargo de la Beneficencia Municipal. Finalmente durante los años de 1837 y 1838 le vemos ocupar el cargo de Alcalde. Le tocó lidiar durante este periodo turbulento de la Regencia de María Cristina de Borbón, con los envites de las partidas carlistas comandadas por Orejita y Peñuelas, siendo Vicente Orti una víctima más de la violencia de estas partidas. En la madrugada del día 10 de febrero de 1838, fue secuestrado y posteriormente sometido a extorsión teniendo que obtener su liberación con bienes de su propio pecunio.
Así narró la noticia el periódico “La Estafeta” de Madrid: “En la madrugada del 10, las facciones de Orejita y Peñuelas con la fuerza de 400 hombres asaltaron la villa de Marmolejo, más los nacionales y paisanos que el primer Alcalde constitucional tenía ya preparados, les prestaron la más vigorosa resistencia. Lo débil de las fortificaciones, lo extenso del círculo del pueblo y la copiosa lluvia facilitó a los enemigos introducirse en las calles extremas robando y asolando cuanto encontraban, penetrando algunos grupos a lo interior hasta la línea de defensa establecida en la plaza desde la que se les hizo un fuego vivísimo que pudo contenerlos. El Alcalde Primero acudía a todas partes dando sus disposiciones con el mayor valor; y habiendo ido a reforzar un punto que trataban de flanquear los enemigos, tuvo la desgracia de caer prisionero. A pesar de este contratiempo continuó vigorosamente la defensa, hasta que cansada la canalla, viendo el denuedo con que se les resistía, y que les era imposible penetrar en el centro del pueblo, se retiraron dejando tres muertos y varios heridos, y llevándose al citado Alcalde primero, Don Vicente Orti.
Tanto en la parte de la población que ocuparon, como en los inmediatos caseríos, han destruido, robado y aniquilado cuanto hallaron. Caballerías, alhajas, ropas, dineros, nada ha escapado de su rapacidad. El Alcalde, después de mil peligros, consiguió rescatarse mediante una cantidad considerable. Se ha dispuesto que la Milicia Nacional y las partidas de tropas se sitúen en puntos convenientes para proteger a estos pueblos. La Milicia Nacional de Marmolejo ha cumplido su deber defendiendo sus hogares con el mayor denuedo. Es digna de elogio la conducta del Alcalde primero constitucional a cuya acertada disposición y decisión se debe principalmente tan brillante suceso, y que sacrificando parte de su fortuna y exponiendo su vida ha sabido acreditar su patriotismo y su amor a la causa nacional”.
Ante tal panorama era difícil de alcanzar el clima adecuado para la llegada de los enfermos desde los más distantes puntos de España y de Andalucía. Entre 1817 y 1867, Vicente Orti y Criado vivió en Marmolejo, simultaneando la dirección facultativa de las Aguas Minerales con la plaza de médico titular de la villa, escribiendo durante esos años multitud de memorias y dictámenes. Anastasio Chinchilla, en su “Historia General de la Medicina Española” le dedicó tres páginas a su biografía médica y en la Bibliografía Hidrológica Médica Española se hace mención muy honorífica de Vicente Orti y Criado en estos términos: “Analizó las aguas de Marmolejo, que estando bajo su dirección, cuyo uso y forma estudió considerablemente con su buena asistencia y con sus escritos, citándose entre otros tres Memorias cuyo extracto hizo y aprobó la Academia de Sevilla”.
Entre sus trabajos más importantes le debemos el “Examen filosófico sobre la naturaleza y aplicación terapéutica de las aguas minerales del Marmolejo. Año 1841”. También se conservan en la biblioteca de la Universidad Complutense las Memorias sobre las Aguas minerales de Marmolejo de los años de 1848, 1860 y 1861.
En los años coincidentes con la Revolución liberal de la Gloriosa, la monarquía constitucional de Amadeo de Saboya y la 1ª República, nos dice Santiago Gallardo, que “asistimos a una serie de presiones por parte de las autoridades provinciales sobre la Fuente Agria. La base de estas presiones debe de estar en la necesidad de realizar una serie de reformas en las instalaciones y la puesta en tela de juicio de la propiedad del Ayuntamiento sobre la Fuente Agria. Todo ello dio lugar a una serie de polémicas. Efectivamente los hechos demostraron las dificultades del Ayuntamiento y del municipio para poder realizar las infraestructuras necesarias que la legislación del momento reclamaba. No olvidemos que los manantiales estaban a orillas del rio y eran frecuentes sus inundaciones durante las subidas del caudal en el mes de octubre consecuencia de las primeras lluvias otoñales difícilmente regulables por la inexistencia de pantanos en la cuenta alta del rio. A pesar de todo el Ayuntamiento intentaba por todos los medios mantener la propiedad de la fuente y de realizar las obras necesarias para la adecuación del lugar. Así en noviembre de 1872 se hacían los trámites para instruir expediente de posesión sobre la Fuente Agria y el terreno que se denomina Llano del Puente”.
Poco después, en enero de 1873, se abonaba por el Ayuntamiento la cantidad de 46 pesetas y 50 céntimos a D. Manuel Torres Riego, Escribano de Actuaciones y Secretario del Juzgado de Primera Instancia de Andújar por la formación del expediente de titularidad y en febrero se abonaban a D. Manuel Galán Gómez, Registrador de la Propiedad la cantidad de 10 pesetas y 25 céntimos por importe de los derechos de inscripción.
La afluencia por estos años a las aguas de Marmolejo, pues el balneario aún no existía como tal, seguía siendo escasa y la mayoría de los agüistas eran gentes de nivel adquisitivo medio-alto. En su “Memoria de 1865”, el director-médico Luis Góngora Joanicó la cifraba en 64 enfermos, dentro de la segunda temporada que solía ser la más numerosa, correspondiente a los meses de septiembre-octubre-noviembre, si bien justicaba esa escasa afluencia en la epidemia de cólera morbo declarado en la provincia de Sevilla, provincia de donde procedían muchos de los agüistas. Realmente todavía estamos lejos de las cifras record alcanzadas en los años de León y Llerena (1883-1900) y los años iniciales del siglo XX, en que el Balneario lo visitaban por temporada hasta 4000 agüistas si incluimos las personas que acompañaban a los enfermos.
El gaditano José Luis Burlo Balde fue contratado por Eduardo León y Llerena para encargarse de la administración de las Aguas Minero-medicinales de Marmolejo en 1883. Fuente: Archivo Manuel Perales.
El general Serrano (Francisco Serrano Domínguez, duque de la Torre), era tío carnal de Luisa Serrano la esposa de León y Llerena. Fue un asiduo visitante de Marmolejo, hospedándose en la casa de su sobrina durante las largas temporadas que pasaba en nuestra villa. Foto: wikipedia.
El director-médico Luis Góngora Joanicó luchó contra la resignación que observó en los gobernantes locales y la desidia en que había caído la gestión municipal de los manantiales. En la “Memoria de 1872”, manifestó su queja a la Dirección General de Beneficencia y Sanidad por la decadencia en la afluencia de enfermos a las Aguas de Marmolejo que año tras año veían frustrados sus deseos de aliviar sus dolencias a consecuencia de las crecidas del río en los meses de octubre-noviembre, por la inundación de los manantiales consecuencia de su ubicación en el mismo lecho del rio y la ausencia total de una infraestructuras adecuadas.
Muchos enfermos tras venir de lugares lejanos, -nos dice el doctor-, debían de marcharse a sus pueblos al no poder tener acceso a las aguas. Esa circunstancia acababa minando la moral de los potenciales agüistas desanimándoles a venir. Así ocurrió por ejemplo en el otoño de 1872, en que de las 100 personas que tomaban las aguas en la 2ª temporada, en torno a 80, tuvieron que marcharse tras esperar más de tres días que bajase el caudal del río.
El doctor Góngora proponía resolver este problema ancestral para, de una vez por todas, relanzar la afluencia al balneario y para ello planteaba como soluciones, o bien la venta a manos privadas de las aguas, o la cesión exclusivamente del dominio público municipal de las aguas a favor del dominio privado “único que puede llevar a cabo las mejoras que el Ayuntamiento no ha querido nunca realizar y que aún, con el mejor deseo, no está a su alcance por lo cuantioso de los desembolsos que reclama”. Se refería, lógicamente, a las costosas obras que habrían de realizarse en el lecho del río para poner a buen recaudo los manantiales minero-medicinales de las riadas.
Con el periodo de mayor estabilidad política y económica que supuso la Restauración Borbónica, a partir de 1875, se iba a producir un aumento de visitantes asociado a la finalización de acontecimientos violentos en nuestra zona generados años atrás por las escaramuzas de las partidas carlistas, y como no, gracias a la mayor estabilidad económica del nuevo ciclo político y al desarrollo de las comunicaciones con la inauguración del tramo del ferrocarril de Andalucía entre Andújar y Córdoba, con estación en Marmolejo, allá por las postrimerías de la década de los sesenta. Así por ejemplo, en 1877 -nos dice Santiago Gallardo- el total de enfermos aumentó considerablemente comparado con los años anteriores, siendo de 786, el de personas que acudieron. Metiendo los acompañantes estaría en torno a la cifra de 2000 personas. De estos enfermos registrados 66 pertenecían a la clase acomodada; 124 a la clase pobre y 2 a la clase de tropa.
Pero los problemas continuaron ante la necesidad de realizar grandes inversiones en los manantiales. Así en la Sesión Ordinaria de 3 de agosto de 1876 el primer teniente de alcalde dice que siendo el presupuesto de la obra a realizar de 104.880 pesetas, nadie mejor que el Sr. Alcalde sabe que el Ayuntamiento no puede disponer de la citada cantidad ni mucho menos. De esta forma vemos como en 1876 se veía un claro porvenir a la Fuente Agria pero los problemas de infraestructuras eran insalvables para el Ayuntamiento que aunque hizo cuanto pudo en aspectos de arreglo de calles y plazas, sin embargo no pudo acometer definitivamente la obra decisiva que le era requerida por las autoridades gubernativas.
La etapa de León y Llerena, 1882-1900:
La venta del “balneario” y más de 24 fanegas de terreno colindante, se produjo mediante subasta pública convocada para el diez de octubre de 1882 pero aplazada al 31, por negarse León y Llerena a hacerse cargo de unas cargas hipotecarias que gravaban algunas de las propiedades del perímetro de protección de los manantiales.
En agosto de 1883 se determinaba por Real Orden de 3 de agosto un perímetro de protección cercano a las 60 hectáreas. La venta se hizo por la cantidad de 83.500 duros que León y Llerena se comprometía a pagar en diez plazos y nueve años y que desconocemos si finalmente se pagaron tal como insinuaba el periódico “La Linterna” de Andújar, pues lamentablemente carecemos de las actas municipales de la década de los ochenta ya que las corporaciones de esos años, siquiera cumplieron con el requisito legal de redactarlas.
Para entender las claves de esta venta a manos privadas de unos manantiales que hasta entonces gestionaba el Ayuntamiento, hemos de considerar la situación de la estación balnearia que años tras año languidecía en el olvido por la falta de recursos económicos del propio Ayuntamiento y por la escasez del caudal que proporcionaba la llamada antigua Fuente del Padre, manantial que posteriormente fue mejorado por León y Llerena mediante tres nuevos sondeos (Fuente Agria, San Luis y Buena Esperanza) y embellecido su entorno original de taraes y juncias, con la edificación de una galería y edificios anexos así como un singular jardín de más de 9 hectáreas hasta entonces inexistente.
Lo ocurrido pues a partir de 1883 fue considerado por algunos contemporáneos como ”el milagro” del político liberal Eduardo León y Llerena, auténtico creador de la marca “Aguas de Marmolejo” y de su Balneario.
Fray Zeferino González, sacerdote dominico, Arzobispo de Sevilla y de Toledo, nombrado cardenal en 1882, fue un asiduo de las Aguas de Marmolejo. Fuente: wikipedia.
La razón por la que León y Llerena aterriza por Marmolejo para empeñarse en la labor de hacer universales unas aguas que apenas un siglo antes, Juan de Dios Ayuda, sacaba del anonimato, pienso que hay que buscarla en la convergencia de un conjunto de factores. Por un lado León y Llerena ya era asiduo de a las aguas hacia 1882, cuando era subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros. Es posible que para ese año ya tuviese madurada la operación de la compra de los manatiales. Por otro lado el tío de Luisa Serrano, el general Serrano, de quien León y Llerena era amigo y persona de confianza política, disponía de fincas en el entorno de Marmolejo: en Arjonilla, Escañuela y en la sierra de Montoro (finca del Socor donde organizaba grandes monterías); la cuñada de Luisa Serrano, Catalina Navarro Salcedo era la hermana del terrateniente local Domingo Navarro Salcedo igualmente con diversas fincas de olivar en el pago de Cerrada. A todo ello habría que sumar el perfecto conocimiento de los pueblos de la circunscripción de Jaén, por la que León y Llerena salió elegido diputado por el partido Constitucional en dos ocasiones, en 1869 y 1879 y a la que Marmolejo pertenecía. Tampoco hemos de menospreciar la relación de amistad que León y Llerena hubo de mantener con los liberales marmolejeños entre los que nos encontramos a su amigo José García del Prado Jurado, alcalde liberal del final de la centuria, y el sobrino de éste, el joven Lorenzo Romero García del Prado, relevo de su tio en el partido liberal marmolejeño a partir de 1899.
Eduardo León y Llerena: aspectos biográficos:
Eduardo nació en Málaga el 31 de mayo de 1839 del matrimonio entre Esteban León Medina y Valentina Llerena de Reina. El matrimonio tuvo además una hija, María del Pilar que casó con el político y diputado liberal Juan García de Torres. A la personalidad del padre merece la pena que prestemos un momento de atención por la influencia que tuvo en en la orientación posterior de León y Llerena. Esteban León había nacido en Antequera en 1812, en el seno de una familia de marcada tradición liberal, pero de escasos recursos. Por este motivo se acogió a la protección de uno de los amigos de su padre, el primer conde de Peñafiel con el que se trasladó a Madrid donde hizo una brillante carrera administrativa, llegando a ser un miembro destacado del partido Unión Liberal.
Amigo personal de los generales liberales Francisco Serrano y Leopoldo O'Donell y del marqués de la Vega de Armijo (Antonio González de Aguilar y Correa, 8º marqués), fue nombrado subsecretario del Ministerio de Hacienda durante el Bienio liberal progresista liderado por el general Baldomero Espartero (1854-1856). Antes, ejerció de intendente en Jaén, Lérida y Baleares. En 1851 era nombrado Gobernador Civil de Córdoba y elegido diputado por la provincia de Córdoba en las elecciones de 1854; por el distrito de Villa del Río en las elecciones de 1858 y 1863; por el distrito de Cazorla en las elecciones de 1865 y diputado por Córdoba en las de 1869. Fue además senador por la provincia de Jaén en la legislatura de 1872. Casado en segundas nupcias con Eloísa Fernández Rivero, Esteban fallecía en Madrid en noviembre de 1875.
Pero volviendo a nuestro personaje, diremos que éste recibió su educación elemental entre Córdoba y Jaén, ciudades en que hubo de vivir por motivos profesionales de su progenitor, hasta que en 1850 se trasladaba a Madrid para cursar la segunda enseñanza y estudiar leyes en la Universidad Central. En 1859 obtuvo el grado de licenciado en Derecho Administrativo en la Universidad Central y en 1862 el de Derecho Civil y Canónico. Parte de su adolescencia y juventud transcurriría entre las ciudades de Lérida, Palma de Mallorca, Jaén y Córdoba, donde su padre había desempeñado los cargos de Gobernador Civil.
Ya en posesión del título de abogado entró como empleado en el Ministerio de Gracia y Justicia, ascendiendo en el escalafón hasta auxiliar de planta, siendo declarado cesante en agosto de 1866. Vinculado al partido Unión Liberal no tardaría en ponerse a las órdenes de su tío político el general Serrano, en los preparativos de la Gloriosa de 1868 estando a su lado en la batalla de Alcolea (28 de septiembre 1868) en calidad de persona de máxima confianza. Triunfante el pronunciamiento liberal encabezado por los generales Juan Bautista Topete, Juan Prim y Francisco Serrano frente a la reina Isabel II, una vez nombrado el general Serrano presidente provisional del gobierno, y posteriormente Regente del Reino, Eduardo regresó a Madrid, siendo nombrado Secretario de su Audiencia Territorial, y más tarde secretario general del ministerio de la Gobernación y subsecretario de este Ministerio.
A partir de las elecciones de 1869 salía elegido diputado por la circunscripción de Jaén junto al duque de la Torre en la candidatura de signo monárquico-democrático. En las elecciones del 2 de abril de 1872 (reinado de Amadeo de Saboya) era elegido diputado por el distrito de Alcalá la Real dentro de las filas del Partido Constitucional que había fundado junto al general Serrano y Sagasta. Ya en plena restauración borbónica (reinado de Alfonso XII) y una vez disuelto el Partido Constitucional, vuelve a ser diputado en las filas del partido Liberal Fusionista de Sagasta (donde se integraron parte de sus miembros) por los distritos de Jaén y Martos, hasta el 14 de diciembre de 1883 en que fue nombrado senador vitalicio, escaño que ocupó hasta su fallecimiento el 4 de agosto de 1900.
Desde 1882 perteneció a Izquierda Dinástica, fracción incluida en del Partido Liberal de Sagasta, pero liderada por el duque de la Torre y en el que también se encuentra el general López Domínguez y José Posada Herrera. Este partido tuvo una corta vida quedando disuelto en 1884 en que prácticamente todos sus miembros se integraban en el Partido Liberal.
Curiosamente en la documentación que obra en el Congreso de los Diputados sobre sus datos personales consta como profesión principal la de terrateniente, presumiblemente debido al patrimonio que gestionaba procedente del capital agrícola de su mujer Luisa Serrano, pues en la declaración de bienes que presenta al Senado en 1883, según la certificación del Registro de la Propiedad de Madrid, y del Banco Hipotecario de España, aparecían a su nombre una casa en la calle Serrano nº 35 de Madrid, con un solar adyacente al paseo de la Castellana; una casa en el número 39 de la misma calle con un solar agregado; otra en el número 41 de esa misma calle, con un solar agregado y otra casa en el número 37, igualmente con solares agregados hacia la actual avenida de La Castellana, lo que suponía un valor añadido por las posibilidades de futuro de esta zona del Ensanche madrileño. Fue en estos domicilios donde mantuvo en los primeros años del Balneario la sede social de la empresa.
El general liberal José López Domínguez, ministro de la Guerra en 1883 y presidente del Gobierno en 1906, era el líder nacional del partido Izquierda Dinástica. En noviembre de 1884 era homenajeado junto al duque de La Torre en un banquete celebrado en Marmolejo teniendo como anfitrión a Eduardo León y Llerena. Foto: wikipedia.
Adolfo Márquez Sterling, afamado periodista cubano, falleció en Marmolejo cuando tomaba las aguas. Nacido en Puerto Príncipe se graduó de abogado en España y de regreso a La Habana fundó el quincenario “La Habana” y “La Discusión” uno de los periódicos más famosos de la época en Cuba. Foto: ecured.
Pasados los años del Sexenio Democrático, (1868-1874) Eduardo León y Llerena volvió, como hemos apuntado, al primer plano de la política, esta vez en las filas del partido liberal de Sagasta del que sería su “jefe” en la provincia de Jaén y con el que volvería a ocupar cargos públicos. Fue por ejemplo Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros entre 1881 y 1882 y en el año 1883 era nombrado senador vitalicio y consejero de Estado. También fue nombrado consejero de varias empresas públicas, fundamentalmente las vinculadas al ferrocarril (1887) junto a primeras figuras como el marqués de La Habana, (José Gutiérrez de la Concha) y Tabacalera (marzo de 1894) siempre bajo gobiernos presididos por Práxedes Mateo Sagasta.
Pero hay un momento en la vida de Eduardo, coincidente con su nombramiento como senador vitalicio (1883) en que ralentiza su actividad política para dedicarse de lleno a su proyecto balneario. Es entonces cuando establece, junto a su esposa Luisa Serrano ( mujer natural de Arjona, sobrina del general Serrano, e hija de Francisco Serrano Santaella y de Dolores Serrano Domínguez, hermana del Duque de la Torre) su residencia habitual en Marmolejo en la actual casa de “La Aviadora” a la que se le conoce por esos años como “La meca” y en donde abre las puertas, además de a una nutrida prole de sobrinos/as que acuden por Marmolejo en las temporadas de verano, a un sin fin de personajes de la cultura, de la política y del mundo de la empresa. En esa misma casa fallecía Eduardo el 4 de agosto de 1900 a consecuencia de una dolencia repentina. Curiosamente unos días antes, el 22 de julio, había acudido a Madrid junto a una amplia representación de los liberales de la provincia de Jaén para homenajear a Sagasta en un acto, con banquete incluido, celebrado en los jardines del Buen Retiro y que había sido organizado por el diputado liberal por la provincia de Jaén, Juan Montilla Adán. A dicho acto asistió igualmente el futuro líder de los liberales demócratas, José Canalejas.
La crónica de los actos fúnebres publicada por el “Pueblo Católico” del 9 de octubre de 1900, firmada por su corresponsal Santiago Gómez, deja traslucir el reconocimiento de las élites políticas y económicas locales a la labor desarrollada por León y Llerena así como el clima de entendimiento que presidió las relaciones de este liberal malagueño con las autoridades de la localidad, máxime si tenemos en cuenta que el corresponsal Santiago Gómez, era cercano al partido conservador: “Grande ha sido la manifestación de duelo que el pueblo de Marmolejo ha dado hoy en la Casa de Dios al celebrarse los funerales que el Ayuntamiento de esta localidad, por iniciativa de su Presidente D. Lorenzo Romero Garcia del Prado, ha costeado en sufragio del alma del que fue nuestro mejor y más cariñoso amigo Sr. León y Llerena.
El templo decorado lujosamente de negro y llenos sus altares de luces, estaba literalmente ocupado por propios y extraños y el religioso recogimiento de todos demostraba de modo evidente que en aquellos corazones se anida el recuerdo del que fue fiel y leal protector de este pueblo.
En el centro de la iglesia se elevaba majestuoso catafalco en donde ardían infinidad de hachones y partiendo del túmulo, salía un paño negro que llegaba hasta el final del templo, y á derecha é izquierda de dicho paño ardían también multitud de velas, formando un cuadro de luces de imponente seriedad. En el centro de este cuadro se hallaba la corona que el Ayuntamiento de Marmolejo dedicó al Sr. León y Llerena el día de su entierro. El oficio de difunto lo cantó el joven e ilustrado coadjutor de esta parroquia, mi amigo del alma y de la infancia, D. Pedro Perales Fernández, ayudado por sus compañeros señores Martínez y Solís. La misa de requiem ha sido hábilmente interpretada por la capilla que dirige el profesor Sr. J. Martí, distinguiéndose como siempre, el notable violinista Sr. Vizcaíno. Entre los concurrentes se hallaban el Duque de Almodóvar del Río (José Ramón Sánchez y Hoces, 9 duque y 12 marqués), el conde de Villaverde la Alta (Teodoro Tamariz Martel y Fernández de Córdoba), el médico Sr. Tello, los Sres. García del Prado (D. Antonio, D. José y D. Eduardo), Sr. García Malo de Molina, el padre político de éste D. Leandro Romero; los individuos todos de este Ayuntamiento, acompañados del elemento oficial, infinidad de forasteros que en la actualidad se hallaban usando estas aguas medicinales, todos los hijos de este pueblo, y el discreto periodista Sr. Ciriaco Aguilar. El duelo estuvo representado por el Sr. Alcalde, Sr. Romero, sindico del Ayuntamiento, y presidía este duelo el sabio y virtuoso Ecónomo de esta parroquia D. Luis Soria y Ávila...Para rendir un tributo más de cariño a la virtuosa viuda de León y Llerena (Luisa Serrano Serrano), nos trasladamos á la casa de ésta, el expresado Párroco Sr. Soria y Ávila, el Alcalde D. Lorenzo Romero y el que escribe estos mal perjeñados renglones, recibiéndonos con la bondad, cariño y cortesía que distingue á tan ilustre dama, y expresándonos con el profundo sentimiento de su alma dolorida, el recuerdo que constantemente guardaría en su corazón de los hijos de Marmolejo. Allí tuvimos el gusto de saludar a los distinguidos señores los Generales Ochando, y Muñoz Cobo, y a las encantadoras hijas del primero de éstos, María Luisa y Anita”.
Se refería el periodista al general Federico Ochando Chumilla casado con Paz Serrano Navarro, sobrina de Luisa Serrano, y a Diego Muñoz Cobo y Serrano, teniente general y ministro de la Guerra en 1919, casado con Dolores Serrano Navarro.
La noticia de la muerte de León y Llerena, el 4 de agosto, no había pasado desapercibida en el mundo de la alta política nacional debido a sus anteriores responsabilidades en la administración estatal por sus relaciones de amistad con la élite política nacional y de parentesco con la mujer del acaudalado periodista sevillano Torcuato Luca de Tena, fundador de la revista “Blanco y Negro” y del ABC (1903) convertido en uno de los principales empresarios del momento en el sector de la comunicación.
Es por ello que en el “Blanco y Negro” del día 11 de agosto de 1900 se reproducía la siguiente semblanza del político liberal: “La familia de nuestro querido director se halla en estos momentos bajo el peso de una gran desgracia: la muerte de D. Eduardo León y Llerena. Don Eduardo León y Llerena ha muerto en Marmolejo en pocas horas; solo una enfermedad rapidísima e inquebrantable podía dar en tierra con aquella naturaleza tan espléndida y poderosa, con aquel hombre tan generoso, para quien la caridad era el mejor oficio y el bien de los desheredados, su más entretenida ocupación, hasta el punto que si todas las personas ricas de la provincia de Jaén hubieran hecho por el alivio de los pobres lo que el caritativo León y Llerena no existirían pobres en aquella comarca. La muerte de León y Llerena la llorarán no sólo su entrañable familia, sino en toda la provincia de Jaén, y singularmente el pueblo de Marmolejo, su residencia habitual: La Meca, como la llamaban sus amigos y correligionarios. Hombre de meridional imaginación, estudioso, comenzó apenas terminada su carrera de Leyes a significarse en la política liberal al lado del Duque de la Torre en un principio, y más tarde con Sagasta como Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, Presidencia del Consejo de Ministros y Consejero de Estado, siendo nombrado senador vitalicio en 1883. Actualmente estaba retraído de la vida activa de la política en la que hubiera logrado más altos puestos si su excesiva modestia no hubiese sido la mayor traba. Era administrador y consejero de varias empresas importantes y estaba en posesión de la Gran Cruz de Isabel La Católica, Mérito Militar y Orden del Cristo de Portugal. Era jefe del Patido Liberal de la provincia de Jaén, y su política era tan amplia, tan expansiva, que a él acudían todos sin distinción de ideas ni matices, por estimar a León y Llerena como legítimo y único representante de los intereses de la provincia”.
Actualmente los restos de León y Llerena reposan en el cementerio de Marmolejo junto a los de su esposa Luisa Serrano, que falleció en marzo de 1902, y la sirvienta que les acompañó en vida en un nicho sin lápida, adquirido por la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales. En la nota necrológica que publicó el periódico “El Imparcial” de Madrid tras el fallecimiento de Luisa se decía: “Esta virtuosa y respetable señora, emparentada con muy distinguidas familias, por ser sobrina del ilustre Duque de la Torre, era en Madrid y en Marmolejo, de cuyas aguas medicinales era dueña, el amparo de los pobres y la providencia de toda especie de desgraciados. El domingo se verificó el entierro de doña Luisa Serrano en Marmolejo. Acudió al acto fúnebre todo el vecindario de aquella población, rindiendo tributo de pésame a la respetable familia de la finada”.
Gaspar Núñez de Arce sería otro de los ilustres visitantes a las aguas de Marmolejo en tiempos de León y Llerena. Fue un conocido poeta de finales de siglo XIX que ocupó la cartera del ministerio de Ultramar, de Interior y de Educación con gobiernos presididos por Sagasta. Foto: wikipedia.
El político liberal, Venancio González Fernández, ministro de Gobernación con Sagasta, visitó asiduamente las aguas de Marmolejo. Foto: wikipedia.
El Balneario en tiempos de León y Llerena
Desde el primer momento León y Llerena se pone a trabajar en la creación de unas instalaciones dignas para la clientela que está por llegar dándole a las aguas de Marmolejo una publicidad hasta entonces nunca vista con una operación de marketing que se apoya en los medios de comunicación y en los diversos premios que van obteniendo las aguas allá donde concurren en 1883 (Medalla de Oro en Amsterdam, en Boston y Diploma de Honor en el certamen de Minería y Aguas minerales de Madrid). Para ello despliega una gran actividad propagandística en casi todos los periódicos y semanarios, ya sean de tirada grande, mediana o pequeña; de ámbito local, provincial o nacional. La idea es que el nombre de Marmolejo aparezca casi a diario hasta en los rincones más apartados del pais siendo la calidad de sus aguas minerales avaladas por distintos profesionales médicos que resaltan en artículos propagandísticos sus excelentes propiedades curativas.
Por otro lado los cambios en la fisonomía del lugar en donde se encuentran los manantiales también eran publicitados en la prensa con reseñas como ésta: “Los nuevos dueños que han tomado a su cargo las aguas de Marmolejo llevarán a cabo, en breve plazo, grandes reformas, construyendo un establecimiento, a corta distancia de la fuente, que guarde cierta armonía con la grandísima importancia y nombradía de estas aguas y que contenga unas instalaciones hidroterápicas de primer orden que hoy se echan de menos. Al efecto se han empezado las obras de hermosos parques y jardines, a las que seguirán las del balneario, que podrá competir, sin duda alguna, con los más renombrados del extranjero. Las temporadas oficiales son del 15 de abril al 15 de junio y del 1º de Septiembre al 31 de octubre”, pero su clima convida a hacer una estancia de invierno en aquella hermosa región de Andalucía, en donde la temperatura es suave y primaveral”. Su mujer, Luisa Serrano, se encargaría igualmente de dotar a la villa de un hospital subvencionado, mantenido con fondos públicos de diversas administraciones locales como provinciales donde encontraron acogida los aguistas más pobres.
En su celo por hacer de Marmolejo una estación balnearia de primer orden parece estar claro que el senador vitalicio ejerció todo tipo de presiones para mejorar la higiene y el ornato de la villa hasta el punto que el ministro liberal de la Gobernación, Trinitario Ruiz Capdepón, a través del Gobierno Civil de Jaén, llegó a suspender en sus funciones a toda la Corporación Municipal, exceptuando al viejo alcalde liberal y amigo personal, José García del Prado Jurado, por causas imputables a supuestas irregularidades en la gestión económica y administrativa y a la ausencia de medidas de policía urbana e higiene imprescindibles en las villas y ciudades balenarios. En ese sentido en el informe emitido por el Ministerio de Gobernación se hacía incapié en la situación denunciada por el médico-director del Balneario. En él se manifestaba “que las condiciones higiénicas del pueblo no podían ser más deplorables a causa de las aguas inmundas que tienen encenegadas las calles y de los depósitos de estiércol que se establecen junto a las tapias de la villa”. Se trataba pues de salvar a la “gallina de los huevos de oro” que suponía el Balneario antes de que la desidia y la falta de medidas truncara el futuro prometedor que pretendía alcanzar León y Llerena con su proyecto hasta cierto punto filantrópico.
Otra cuestión con la que tropezó fue el tema del pretendido aprovechamiento de las aguas de la fuente Moyanico para utilidad pública por parte de su propietario Manuel Venceslada Torralbo, el cual logró atraer hacia su causa a varios de los conservadores marmolejeños y al exdiputado republicano Juan Domingo Pinedo quien actuó de abogado defensor de la empresa emprendida por dicho propietario andujareño. La pretendida utilidad pública de las aguas del Moyanico, manantial ubicado en el perímetro de protección del Balneario, fue recurrida por León y Llerena, llegándose a prohibir el consumo de dichas aguas por parte del Gobierno Civil de Jaén con el correspondiente sellado de la fuente. Ello provocó el recurso de Juan Domingo Pinedo y la publicación de innumerables artículos en la prensa comarcal denunciando los hechos y criticando lo que entendían era una actitud caciquil del senador vitalicio, dando, por tanto, lugar a un largo contencioso que duró desde 1883 hasta 1892 en que eran finalmente declaradas de utilidad pública las aguas del Moyanico. Finalmente un nuevo recurso interpuesto por León y Llerena, defendido por su amigo Juan Montilla Adán, acababa dándole la razón al propietario del Balneario con lo que se confirmaba definitivamente la clausura de la fuente del Moyanico para uso público.
La capacidad de influencia de León y Llerena era tal que hizo que hasta Marmolejo llegasen, año tras año, un sin fín de personalidades desde prácticamente toda la geografía nacional del ámbito de la empresa, de la cultura y de la ciencia pero, fundamentalmente, de la política, a los que se agregarán un sin fin de profesionales liberales: notarios, médicos, jueces, abogados, catedráticos, religiosos etc, y todo un contingente, cada vez más numeroso, de agüistas de clase burguesa de procedencia urbana y rural, dispuestos a verificar por si mismos el fenómeno de moda en que se había convertido Marmolejo.
La fama de las aguas alcanzó cotas insospechadas. Así en abril de 1894 el doctor de la Casa Real, participaba al primer farmacéutico de Cámara y Jefe de la Real Botica, Don José de Pontes y Rosales, que Su Alteza Real, la Infanta Isabel, debería tomar en las comidas una botella de cuarto de litro de agua de Marmolejo, rogándole tratase de que las aguas fuesen lo más frescas posibles, para lo cual le indicaba se entrevistase con el propietario Sr. León y Llerena, informándole además que el depósito de esa agua se encontraba en la calle de Serrano número 35.
Dado que las aguas que se encontraban en el depósito de Madrid llevaban a veces más de 25 ó 30 días embotelladas, se le encarga a Don Santiago Mesía, por cable telegráfico, que todos los martes tomase el agua directamente del manantial y enviase a gran velocidad con destino a la Real Botica, veinte botellas de cuarto de litro. Con gran asombro del primer farmacéutico real, se empieza a recibir en la Real Botica, 20 botellas diarias por lo que se enviaba un telegrama a D. José Luis Burlo Balde, administrador de las Aguas de Marmolejo, ordenando la suspensión de envíos por tener ya suficiente agua para el tratamiento de la Infanta.
En los años sucesivos nos consta la petición de varias remesas de botellas para el consumo de la Infanta por parte del médico de la Real Botica, debiendo de ser de tapón automático.
Para el tratamiento de la Infanta correspondiente a 1899, D. José de Pontes solicitaba al Sr. Burlo, 25 botellas de medio litro, y éste le enviaba con tapón de corcho; no pareciéndole adecuado al Farmacéutico Mayor este sistema de cierre, le escribía a Burlo rongando canjease esas botellas por otras de cuarto de litro con cierre automático; a lo que el Administrador del Balneario le indicaba que era imposible complacerle haciéndose cargo de esas botellas, pues tenían muy difícil salida, solamente eran solicitadas por escasos consumidores, circunstancia por la que ni siquiera figuraban en la tarifa de precios. Sin embargo los sucesivos pedidos de este año fueron siempre botellas de cuarto de litro con cierre automático.
Suministros de aguas de Marmolejo se sucedieron a lo largo de los primeros años del siglo XX, siempre para la infanta Isabel; quedando archivado en la Real Botica la nota de solicitud, el aviso de envío y los justificantes de los pagos realizados, no produciéndose en estos años ninguna novedad destacable. La infanta Isabel de Borbón, hermana de Alfonso XIII, visitaría Marmolejo el 22 de octubre de 1915, en un viaje relámpago que quedó inmortalizado con una fotografía en los jardines del Balneario, con el objetivo de paladear “in situ”, las generosas aguas medicinales.
También entre los miembros de los gobiernos de turno se impuso como una moda el venir a Marmolejo. La mayoría de los ministros y presidentes del gobierno eran asiduos visitantes de las aguas de Marmolejo, teniendo en la casa de León y Llerena un sitio de encuentro y tertulia. La villa se convierte, fundamentalmente, en lugar de reunión de la familia liberal, sobre todo de los correligionarios del general Serrano, viejo líder del sexenio democrático, ahora coaligados con los liberales sagastinos en torno al partido de Izquierda Dinástica. Pero también son frecuentes la visitas de los conservadores que eligen a Marmolejo como espacio de consenso y diálogo con los liberales, sobre todo gracias a la labor de mediación de León y Llerena y a su amistad con líderes como el propo Cánovas del Castillo, Francisco Silvela y Romero Robledo.
El día 5 de noviembre de 1884 tenía lugar un importante acto de Izquierda Dinástica, partido liderado por el Duque de la Torre y el general López Domínguez (exministro de guerra en el gobierno presidido por José Posada Herrera) en el que eran homenajeados ambos líderes, pero fundamentalmente el viejo general liberal, que ya se encontraba retirado de toda actividad política por su mermada salud. Entre los concurrentes a este banquete, en número de más de 250 personas, se encontraban representaciones de las ocho provincias andaluzas. En representación de Jaén estuvieron los comités de todos los pueblos de la provincia, así como el comité provincial, al frente de los cuales estaba León y Llerena, el diputado Pedro Manuel Acuña y el ex-diputado señor Gallego Díaz; por la de Córdoba venía el conde de Robledo, antiguo demócrata e íntimo amigo del general Prim, y el duque de Hornachuelos, jefe del partido Constitucional en dicha provincia; de Sevilla llegaron los señores Leaniz, Nuñez de Prado, Sierra, González Nandin, etc; de Granada, Huelva y Cádiz igualmente hubo nutridas representaciones. “Bandas de música, iluminaciones, bengalas, fuegos de artificiales y demás demostraciones de entusiasmo y cariño se ofrecieron al ilustre general, quien con el invicto señor Duque de la Torre ocupaban las dos presidencias de la mesa. El acto resultó el más solemne de cuantos registra la historia de nuestro partido, desde la restauración a la fecha, como lo demuestran los importantísimos discursos pronunciados por dichos señores. Cita el periodista del “Constitucional de Gerona” (diario de tendencia Liberal) que era imposible de describir las ovaciones al duque de la Torre. “Los vivas a este respetable jefe del partido liberal en España se prolongaron durante mucho tiempo, y cuando se concluyó el banquete, los 250 comensales, y el pueblo de Marmolejo en masa, le acompañaron a su domicilio”.
José Luis Albareda y Sezde, ministro de Fomento entre 1881 y 1883, y de Gobernación entre 1887-1888 en gobiernos liberales presididos por Sagasta, visitó nuestra villa en varias ocasiones para tomar las aguas y mantener contactos con diversos políticos liberales. Foto: wikipedia.
Mateo Práxedes Sagasta, líder del partido Liberal y Presidente del Gobierno de la nación fue amigo personal de León y Llerena e invitado, en varias ocasiones, a su casa de la plaza del Coso. Foto: wikipedia.
Un rastreo por la prensa de la época me ha permitido confirmar cuales fueron algunos de los visitantes ilustres asiduos a la villa, atraídos por la fama de sus aguas y también por el ambiente distendido y acogedor que encontraron siempre en la casa de León y Llerena. Entre ellos hay una clientela variopinta procedente del mundo de la empresa, de los negocios, de la nobleza, del clero, del ejército, de la literatura y de las artes y, cómo no, de la política. Hay que decir que estas eran solamente las visitas que tuvieron eco en la prensa del periodo analizado, porque también hubo personas igualmente de la alta sociedad que pasaron por los hoteles y fondas de la villa en el más completo anonimato. En cualquier caso, creo que es un buen botón de muestra de lo que empezó a significar Marmolejo desde que León y Llerena se hizo cargo de las Aguas Minero-medicinales.
Muchos de los que se relacionan a continuación, siguiendo un criterio cronológico, vinieron hasta aquí en un primer momento gracias a su compromiso de amistad con la familia de León y Llerena pero sus testimonios de lo aquí vivido y experimentado actuaron finalmente de altavoz a cerca de las bondades de las aguas minero medicinales y acabaron arrastrando a todo un elenco de personajes vinculados a las diferentes oligarquías de ámbito nacional, regional y provincial que mantuvieron su fidelidad a las aguas hasta bien entrado el siglo XX, cuando los herederos de León y Llerena y de su esposa Luisa Serrano se hicieron cargo de la empresa convirtiéndola en 1903, en Sociedad Anónima de carácter básicamente familiar.
ANEXO DE PERSONALIDADES QUE VISITARON MARMOLEJO DURANTE LOS AÑOS DE LEÓN Y LLERENA.
Año de 1882:
-El obispo de Córdoba, Fray Zeferino González y Díaz Tuñón (n. Villoria-Asturias, 1821-Madrid, 1894). Fue un sacerdote dominico que llegó a cardenal, así como a Arzobispo de Sevilla y de Toledo. Unos días después de estar en Marmolejo tomando las aguas era nombrado Arzobispo de Sevilla. Estuvo considerado como uno de los filósofos católicos españoles más importantes del siglo XIX.(Fuente: Diario Córdoba 8-2-1882).
-Fallece en Marmolejo cuando se encontraba tomando las aguas Eduardo Carondelet y Donado, tercer duque de Bailén (Fuente: La Correspondencia de España, nº 8796, de 22 de abril de 1882).
Año de 1883:
-En enero se difunde la noticia en varios medios de comunicación de que la reina Isabel II podría marchar a Marmolejo para tomar las aguas por prescripción facultativa. (Fuente: El Guadalete 25-3-83).
-El exministro de ultramar Venancio González Fernández visitaba Marmolejo a final de marzo para tomar las aguas (Fuente:El Guadalete 28-3-83).
-Se celebra una reunión en Marmolejo a final de abril entre los dos exministros liberales Fernando León y Castillo, exministro de Ultramar, y Venancio González Fernández, exministro de gobernación con gobiernos de Sagasta, para acercar posturas con los demócratas progresistas de Cristino Martos (Fuente: Diario Córdoba, 24-4-83).
-Adolfo Márquez Sterling, afamado periodista cubano, fallece en Marmolejo a donde había viajado para reponerse de una enfermedad pulmonar. Nacido en Puerto Príncipe se graduó de abogado en España y de regreso a la Habana fundó el quincenario “La Habana”. En 1879 comenzó a publicar “La Discusión”, uno de los periódicos más famosos de la época. (Fuente: Revista de Las Antillas, periódico de los intereses económicos-políticos-sociales de las islas de Cuba y Puerto Rico, 8-5-1883).
-El Obispo de Málaga visita Marmolejo en junio. Se trataba de D. Manuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas (Arija 1824-Burgos 1893). Como obispo de Málaga apoyó a la futura Madre Petra de San José de la Montaña en su obra social, sobre todo durante el terremoto de Andalucía de 1884 (Fuente: Diario Córdoba de 13-6-83).
-José Pastor y Magán, Gobernador Civil de Córdoba, viaja a Marmolejo para tomar las Aguas (Fuente: Diario Córdoba 19-10-83).
Año de 1884:
-Fallece en Marmolejo, el 13 de mayo, el magistrado del Tribunal Supremo Juan Fernández Palma, mientras se encontraba tomando las aguas. Se alojaba en la fonda La Española (calle Arroyo) regida por Antonio Domarco, a quien en la prensa se le reconocía el excelente comportamiento observado con el magistrado (Fuente: La Correspondencia de España 20-05-1984).
-El 5 de noviembre se celebraba un banquete de los comités provinciales del partido Izquierda Dinástica, en homenaje al general liberal José López Domínguez, ministro de la Guerra en 1883 en un gobierno presidido por Posada Herrera, y Presidente del Gobierno en 1906. Este banquete era presidido por el general Serrano (Fuente: Diario Córdoba 31-10-1984).
Año de 1885:
-El político liberal José Luis Albareda y Sezde (Puerto de Santa María 1828-Madrid, 1897) se encuentra tomando las aguas. Fue ministro de Fomento entre 1881 y 1883 y de Gobernación entre 1887-1888, con gobiernos presididos por Sagasta (Fuente:“El Guadalete” 12-04-1885).
-Se encontraba enfermo en Marmolejo el Duque de la Torre, en la casa de su sobrina Luisa Serrano. Sería la última de sus visitas pues fallecía en Madrid el 25 de noviembre de 1885. (Fuentes: “El Guadalete” de 19-4-1885, y La Crónica de 6-6-1885).
-Camilo García Polavieja, (Madrid 1838-1914) capitán general de Andalucía (Fuente:“El Guadalete” 24-06-1885). El general Polavieja era conservador regeneracionista, de creencias cristianas. Fue capitán general de Cuba y de Las Filipinas. El 20 de agosto de 1890 fue nombrado gobernador general de Cuba y ministro de Guerra por Francisco Silvela en marzo de 1899, puesto al que renunció.
Año de 1886:
-El ministro de la gobernación José Luis Albareda y Sezde (Fuente: “El Guadalete” de 16-04-1886).
-Venancio González Fernández, ministro de Gobernación. Político liberal fue ministro de Gobernación en los gobiernos presididos por Sagasta entre 1881-1883; 1885-1886 y 1892-1893. (Fuente:“El Áncora”, de Baleares 14-4-86).
Otro de los visitantes más asiduos al Balneario de Marmolejo fue Francisco Silvela y de Le Vielleuze, politico conservador, casado con Amalia Loring Heredia, que ocupó diversos ministerios y fue presidente del gobierno entre 1899 y 1900 y de 1902 a 1903. Foto: wikipedia.
-”El general marqués de San Román, presidente de la Junta Suprema Consultiva de Guerra, se encontraba bastante restablecido en Marmolejo”. (Fuente: La Correspondencia de España 10-11-86). Se trataba de Eduardo Fernández San Román (1818-1887), militar que ya intervino en la primera guerra carlista. Fue brigadier (1847), Mariscal de Campo (1853) y teniente general en 1866. Director de la Revista Militar, subsecretario en el Ministerio de Guerra, Director General de Infantería, etc. Emigró a Francia al proclamarse la 1º República, consiguiendo la rehabilitación de sus cargos con la Restauración. En las Cortes de 1853, fue nombrado senador vitalicio. En 1879 se le concedía el título de marqués de San Román. Bibliófilo y coleccionista su familia legó a la Real Academia de la Historia su importante biblioteca.
Año 1887:
-El general Eduardo Bermúdez Reina (Sevilla, 1831-1899). Fue un militar y político español, artillero sevillano, ministro de la Guerra con Sagasta entre enero a julio de 1890. Después fue senador por la provincia de Logroño entre 1891-1893 y senador vitalicio. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 8-03-1887).
-El marqués de San Román, el general Sanz y Obregón y el brigadier Máximo Cánovas del Castillo marchaban para Madrid después de haber tomado las aguas de Marmolejo. Máximo era hermano de Antonio Cánovas del Castillo. (Fuente: La Correspondencia de España, 1-5-1887). Máximo nació en Málaga en 1830, fue diputado conservador por la provincia de Murcia, distrito de Cieza, en las elecciones del 20 de enero de 1876 y las del 24 de abril de 1884.
-El poeta Gaspar Nuñez de Arce (Valladolid 1834-Madrid 1903). (Fuente: La Correspondencia de España, 22-5-1887). Además de poeta fue gobernador civil de Barcelona, diputado por Valladolid en 1865, y ministro de Ultramar, de Interior y de Educación con Sagasta.
-José Maestre Vera (Elda, 1849-1926). Presidente de la Diputación Provincial de Alicante y Gobernador Civil. Pertenecía a una acomodada familia y su tío José Amat Sempere fue Diputado en Cortes entre 1871 y 1876. Estudió en los Escolapios de Yecla y luego Derecho en Murcia, donde se licenció en 1869. Ejerció como abogado en el Alto Vinalopó. Su tío le cedió el control del Partido Conservador en la comarca en 1876, año en que fue elegido diputado provincial y vicepresidente de la corporación. En la sesión del Pleno de 4 de noviembre de 1884, siendo diputado por el distrito de Novelda, fue nombrado mediante votación Presidente de Diputación, cargo que ostentará hasta 1888. Su presencia casi ininterrumpida en la Diputación Provincial entre 1877 y 1892 le convirtió en el hombre fuerte de los Santonja en esa institución, que controló con métodos caciquiles. Siguió en 1885 la escisión protagonizada por Romero Robledo. En 1891 se presentó sin éxito a las Cortes por la circunscripción. Cuando el Conde de Buñol, siguiendo a Romero Robledo, se reintegró en el partido de Cánovas, Maestre fue nombrado Gobernador Civil en Jaén (1892) y después, entre esa fecha y 1920, lo fue de otras muchas provincias: Alicante (1895), Vizcaya, Córdoba, Tarragona (1915), Lugo, Huelva y Málaga. En 1894 era vicepresidente del Partido Conservador en la circunscripción de Alicante y presidente de la ejecutiva local de Elda, y en 1901 todavía era presidente honorario de la junta alicantina del Partido Conservador afín a Romero Robledo, facción en la que continuaba en 1903. Finalmente, se retiró de la política activa y regresó a Elda, donde falleció. (Fuente: “El liberal de Alicante, 28-10-1887, y Pedro Díaz Marín en: Presidentes de la Diputación de Alicante).
Amalia Heredia Livermore (Málaga 1830-1902), marquesa de la Casa Loring, casada con el empresario malagueño Jorge Loring y Oyarzábal visitó el balneario de Marmolejo en la primavera de 1889, acompañada de su hija Concepción Loring Heredia. Foto: wikipedia.
Mariano Pardo de Figueroa “doctor Thebussem” (Medina Sidonia 1828-1918), abogado, escritor, cervantista, y gastrónomo de reconocido prestigio, fue un fiel aguanoso durante varios años, compartiendo amistad con León y Llerena, Francisco Silvela y el conde de Liniers. Foto: wikipedia.
El político conservador, Francisco Romero Robledo, ministro de Fomento en 1872 y de Gobernación entre 1874 a 1885, visitó Marmolejo con frecuencia. En mayo de 1891 lo hizo acompañado del senador del partido Conservador, Manuel Martín de Oliva y Romero, marqués de Nerva. Foto: wikipedia.
Año 1888:
-El general López Domínguez se propone pasar en Marmolejo los días de la Semana Santa. (Fuente: La Correspondencia de España, 15-3-1888).
-”Hoy salen para Marmolejo los señores López Domínguez, León y Llerena, García Torres, y Montilla Adán” (Fuente: La Correspondencia de España, 24-3-1888). Juan García Torres era el cuñado de Eduardo León y Llerena. Nacido en Madrid fue diputado a Cortes por la provincia de Córdoba entre 1858 a 1865, siendo más tarde también diputado por Canarias en 1872 y en 1881. Estaba casado con María del Pilar León León y Llerena de cuya unión nació Esperanza García Torres León y Llerena, quien en 1890 contrajo matrimonio con el empresario sevillano, fundador del “Blanco y Negro” y del “ABC”, Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio.
-Reunión en Marmolejo entre el general López Domínguez y Francisco Romero Robledo “Ni los más íntimos amigos del general López Domínguez, como tampoco los del Sr. Romero Robledo, conocen los pormenores de la entrevista que dichos señores celebraron en Marmolejo” (Fuente: “El Guadalete”, 5-4-1888). Francisco Romero Robledo (Antequera,1838-Madrid, 1906), abogado y politico fue ministro de Fomento en 1872, afiliado al partido Constitucional liderado por Serrano y Sagasta. Luego se afilia al partido Conservador de Cánovas y fue ministro de Gobernación entre 1874-1879, 1879 a 1881 y 1884 a 1885. Fue también ministro de Ultramar entre 1891-1892 y de Gracia y Justicia en 1897.
-Emilio Carreño, presidente de la cámara oficial de comercio e industria de Córdoba (Fuente: Diario Córdoba, 29-10-1888).
-El vicealmirante Juan Bautista Antequera y Bobadilla (n. San Cristobal de la Laguna-Tenerife en 1823-Alhama de Murcia, 1890). Fue ministro de Marina durante la regencia del general Serrano entre 1870-1871 y con Cánovas del Castillo entre 1876-1877 y 1884-1885. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 5-11-1888).
-El Director General de la Guardia Civil el general Chinchilla (Fuente: La Correspondencia de España, 22-11-1888). José Chinchilla y Díez de Oñate (Marbella 1839-Madrid 1899). Ingresó en el ejército en 1855, como subteniente de infantería, al año siguiente, durante los sucesos acaecidos por la crisis de la coalición entre Espartero y O´Donell se distinguió por su arrojo combatiendo a los sublevados. En 1857 acompañó a Cuba al general Serrano como ayudante, tomando parte en la campaña de Santo Domingo y alcanzando por sus méritos el grado de comandante. Se trasladó a México en 1862, donde intervino, bajo el mando del general Juan Prim en la expedición a México, provocada por la suspensión de pagos del gobierno de Benito Juárez. En la legislatura de 1887-88 es elegido senador por la provincia de la Habana y el 11 de diciembre de 1888 fue nombrado Ministro de la Guerra en el gabinete presidido por Sagasta, cargo que ejerció hasta el 21 de enero de 1890. Fue nombrado, el 25 de febrero de 1890, Gobernador General y Capitán General de la Isla de Cuba y finalmente en la legislatura 1893-94 es nombrado senador vitalicio. En 1898 ocupaba el cargo de comandante en jefe del primer cuerpo de ejército de Castilla la Nueva y Extremadura.
Año 1889:
-“Don Manuel Ibañez, jefe de una de las primeras casas de comercio de la República Mejicana, a quien nuestro Gobierno acaba de conceder las gran cruz de Isabel La Católica por los importantes servicios prestados a aquella República al constituirse en ella una Junta de la cual fue presidente para allegar recursos para los perjudicados con motivo del terremoto de Andalucía” (Fuente: Diario Córdoba 30-04-89).
-Los señores marqueses de la Casa Loring. Se trataba de Jorge Loring y Oyarzábal (Málaga 1822-1900), empresario, ingeniero y político liberal, primer marqués y de su esposa Amalia Heredia Livermore (Málaga 1830-1902). Los acompañaban su hija Concepción Loring Heredia. Amalia fue mecenas, coleccionista, investigadora y filántropa de las artes y de la cultura en España. (Fuente: Diario Córdoba 28-4-1889). En cuanto a Concepción Loring Heredia (Málaga 1868-Madrid 1935), marquesa viuda de la Rambla, casó en Málaga con Bernardo Orozco y Loring, grande España y diputado a Cortes por Úbeda. Ella fue diputada en la Asamblea Nacional Consultiva creada en la dictadura de Primo de Rivera, siendo la primera diputada en España que tomó la palabra en el Congreso de los Diputados (Fuente: La Correspondencia de España 22-4-1889).
-Segundo Palazuelos, registrador de la propiedad que falleció en Marmolejo tomando las aguas el 26 de abril de 1889 (Fuente: El Guadalete de 25-4-1890).
-Mariano Catalina y Cobo (Cuenca 1842-Madrid 1913), poeta, dramaturgo y senador conservador (Fuente: La Correspondencia de España 24-05-1889).
-Florencio Montojo y Trillo, capitán general del departamento marítimo de Cádiz (Ferrol 1824-Madrid, 1896), militar, marino y político, en 1879 era ascendido a contralmirante. En 1886 se le nombró capitán general del departamento marítimo de Cádiz. Fue senador por Cáceres y ministro de Marina en un gobierno conservador entre 1891-1892. (Fuente: Diario Córdoba de 15-10-89).
-José Ramón Hoces Losada, hijo del duque de Hornachuelos. Era el conde viudo del Cazal por haber estado casado con Maria Luisa Gonzalez Carvajal y de la Puente con la que no tuvo descendencia. (Fuente: Diario Córdoba 18-10-1889).
-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Canales (1825-1895). Este título fue creado durante el gobierno provisional (Regencia) del General Serrano (1868-1870) en recompensa por su apoyo en el alzamiento liberal que puso fin al reinado de Isabel II y preparó el advenimiento de Amadeo de Saboya. Fue alcalde de Córdoba en varias épocas entre 1852 y 1865; diputado el 2 de abril de 1872 y de enero de 1876 a 1879 por el Partido Liberal. (Fuente: Diario Córdoba 18-10-1889).
-El escritor y poeta cordobés Enrique Llacer y Gosálvez (Fuente: Diario Córdoba 10-11-1889)
El ministro conservador Antonio García Alix fue nombrado en 1900 ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes por Francisco Silvela. Sería una personalidad muy considerada entre las corporaciones municipales marmolejeñas por la atención prestada a la mejora de las escuelas de la localidad. Foto: wikipedia.
Año 1890:
-”Se encuentran en Marmolejo la distinguida señora viuda del senador García-Torres acompañada de su hija Esperanza, quien los primeros días del próximo Julio se unirán en eternos lazos con el opulento comerciante sevillano señor Tena” (Fuente: Diario Córdoba 26-4-1890).
Se trataba de Pilar León y Llerena, mujer culta colaboradora en la prensa bajo el pseudónimo de Aldara, y de su hija Esperanza García Torres que estaba en visperas de contraer matrimonio con el fundador del ABC, Torcuato Luca de Tena. Eduardo estaba muy unido a su única hermana y a su sobrina Esperanza. Cuenta Esperanza García de Torres León en sus “Memorias de Villa Esperanza” que casi todos los años, su tío Eduardo y Luisa Serrano, iban a pasar una temporada a esta villa de descanso veraniego, ubicada en las cercanías del balneario de Santa Águeda en Mondragón (Guipúzcua) propiedad del cuñado de Eduardo, Juan García de Torres. Nos refiere igualmente como el matrimonio León-Serrano iban siempre acompañados (años 1884 a 1889) de las sobrinas de Luisa, las jóvenes Trinidad y Luisa Serrano a las que el matrimonio tenían como ahijadas, y de como la familia entera (excepto Juan García de Torres que había fallecido en enero de 1889) se trasladó a París en el verano de 1889, donde León y Llerena era operado de oído por el doctor Pfeiffer. Relata también como en el verano de 1900 el nacimiento de su hija, “colmó la felicidad de su padrino, el bondadoso don Eduardo León y Llerena, que privado de hijos en su vida conyugal, vió al fin realizada la ilusión de tener una Valentina, nombre que había llevado su madre, a la que adoraba”.
-El rico propietario montillano Juan Mariano Algaba y Pineda (Fuente: Diario Córdoba, 6-5-1890).
-El notario sevillano y profesor de la Escuela de Comercio, Eduardo Badía y Ortiz de Zúñiga (Fuente: El Guadalete, 13-9-1890).
-El cardenal Fray Zeferino González que rigió la diocesis de Sevilla, se encuentra en Marmolejo (Fuente: El Guadalete 22-10-1890).
Año 1891:
-Francisco Silvela y de Le Vielleuze (Madrid 1843-1905), casado con Amalia Loring Heredia hija de los marqueses de la Casa Loriong, ocupó diversos ministerios y fue presidente del gobierno entre 1899-1900 y 1902 a 1903. (Fuente: El isleño de Las Baleares, 6-4-1891). Colaboró junto al doctor Thebussem y el conde de Liniers, Santiago de Liniers y Gallo de Alcantara, en el librito “Vida del aguanoso”, pequeña obra de poesía en clave de humor, publicada en 1893 y escrita, al parecer por Mariano Pardo de Figueroa (doctor Thebussem) en su cuarto de la fonda de Los Leones.
-El exministro de Hacienda entre 1888 y 1890 Venancio González Fernández. (Fuente: La Correspondencia de España, 6-4-1891).
-Se encuentran en Marmolejo las hijas del duque del Infantado (Andrés Avelino de Arteaga Carvajal y Téllez Girón, 16 duque), Petra (1872-1895) y María Teresa Arteaga y Echague (1873-1907), 14 marquesa de Almenara ( Fuente: Diario Córdoba 14-5-1891).
-Francisco Romero Robledo (Antequera 1838-Madrid 1906) fue ministro de Fomento en 1872 y de Gobernación entre 1874 a 1885; ministro de Ultramar entre 1891-1892 y de Gracia y Justicia en 1895. (Fuente: La Crónica 29-04-1891). El ministro iba acompañado en un viaje realizado a mediados de mayo por el marqués de Nerva, Manuel Martín de Oliva y Romero , senador y diputado conservador. (Fuente: La Libertad, 16-5-1891).
-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Canales (Fuente: Diario Córdoba 16-9-1891).
- Sagasta, acompaña a León y Llerena a una monteria en la finca del general Serrano, El Socor (Fuente: Diario Córdoba 23-10-1891). Mateo Práxedes Sagata (Torrecilla de Cameros 1825-Madrid 1903) fue presidente del Gobierno de España alternativamente entre 1871 a 1902).
En “La libertad” se daba la misma noticia: “Ha llegado a Santisteban el jefe del partido liberal señor Sagasta,(en ese momento no era presidente del gobierno) acompañado del señor León y Llerena. En dicho pueblo le esperaban sus hijos con los cuales permanecerá hasta el miércoles, deteniéndose media hora en Marmolejo a instancias del señor Llerena”. (Fuente: “La libertad” de Salamanca, 24-10-1891).
-Antonio Canovas del Castillo: no está confirmada su presencia aunque se anunció en la prensa su posible venida a Marmolejo. Ministro con Isabel II y presidente del gobierno con Alfonso XII y Maria Cristina de Hasburgo-Lorena. Fuente: La Correspondencia de España 12-8-1891).
Año 1892:
-El diputado a Cortes García Alix. Antonio García Alix (Murcia 1852-Madrid 1911) era del partido conservador, abogado. En 1900 fue nombrado por Francisco Silvela, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, más tarde fue ministro de Gobernación y de Hacienda. (Fuente: La Correspondencia de España 16-5-1892).
-Mariano Pardo de Figueroa “Doctor Thebussem” (Medina Sidonia 1828-1918), escritor, cervantista, gastrónomo. Fue nombrado Cartero Honorario de España en 1880 por su amor a la filatelia. Estudió Derecho en Madrid y se doctoró en 1854. (Fuente: La Correspondencia de España 25-5-1892). Fue un asiduo a las aguas de Marmolejo e invitado de confianza en la casa del León y Llerena. Continuó viniendo por Marmolillo tras la muerte de León y Llerena. Iñigo Ybarra Mencos en su obra biográfica sobre el doctor Thebussem, nos dice que “al llegar la primavera el doctor Thebussem se tomaba un respiro en sus ocupaciones para descansar en Marmolejo.....Marmolejo era, con la excusa de sus aguas medicinales, uno de los lugares elegidos por la alta sociedad para su esparcimiento en el último tercio del siglo XIX; y al llegar la primavera, el pequeño y bonito pueblo de la sierra de Jaén quedaba desbordado de visitantes. Su estación de ferrocarril quedaba a cinco kilómetros, un recorrido salvado por Thebussem en la tartana que le enviaban desde la Fonda de los Leones, su alojamiento haitual....En Marmolejo formalizados los diferentes permisos necesarios para entrar en el parque, tomar las aguas o hacerse socio del casino, Thebussem se dedicaba a lo que quizás más le divierta del lugar: conocer gente. Ministros, generales, banqueros, grandes propietarios o bellas señoras, van tratándolo y entregándole tarjetas de visita que él se encargará, una vez de regreso en Medina Sidonia, de encuadernar junto a facturas y los distintos carnés utilizados en sus vacaciones. Entre las amistades surgidas en la idílica calma del pueblo, hay dos que, por motivos muy diferentes, influirán en él: Zorrilla (se refiere a José Zorrilla, poeta y dramaturgo) y el marqués de Laurencin (Francisco Rafael Uhagón y Guardamino, senador desde 1905, Secretario 3º del Senado y Presidente de la Real Academía de la Historia); el primero en su vertiente literaria, el segundo, en la social, y ambos por el extremo afecto que le profesarán el resto de sus vidas....”.
-Sabas Marín, Inspector general de Caballería (Fuente: Diario Córdoba 9-6-1892).
-Isabel Gutiérrez Castro, madre del duque consorte de Almodóvar del Rio, Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro. La duquesa era Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba (Córdoba 1852-1906) (Fuente: Diario Córdoba 21-6-1892).
-Los condes de Cárdenas (Fuente: Diario Córdoba 12-11-1892)
Año 1893:
-Francisco Silvela (Fuente: El liberal de Menorca, 16-5-1893).
-El alcalde de Almería, Sr. Bustos y el rico comerciante D. Guillermo Verdejo (Fuente: La Crónica Meridional de Almería, 20-5-1893). Hemos de reseñar la afluencia por estos años al Balneario de muchas familias de clase acomodada almeriense.
-El duque de Almodóvar del Río (Fuente: El Guadalete de 3-10-1893). El duque de Almodóvar del Rio, era Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro (Jerez de la Frontera 1850-1906). Era el duque consorte casado con Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba, VIII duquesa de Almodóvar del Rio.
Año 1894:
-Ha regresado de Marmolejo el catedrático del Instituto Provincial y primer teniente de alcalde Francisco Laínez Leal de Ibarra (Fuente: La Crónica Meridional de Almería, 9-5-1894).
-El exministro de Fomento Santos Isasa (La Correspondencia de España, 18-5-1894). Santos Isasa Valseca (Montoro, 1822-Madrid, 1907) fue abogado y político, Ministro de Fomento entre 1890-1891 con Cánovas del Castillo y Presidente del Tribunal Supremo entre 1895-1901.
-El padre José Antonio Ramón Lerchundi (Orio-Guipúzcua 1836-Tánger 1896). Fue misionero franciscano, diplomático y arabista. “En el vapor correo Piélago sale desde Tánger el padre Lerchundi para tomar las aguas, se dice que el sabio franciscano va a Madrid a conferenciar con el Sr. Moret, ministro de Estado. (Fuente. La Correspondencia de España 23-6-1894).
-El señor Fernández de Rodas, gobernador militar de Cádiz (Fuente: El Guadalete, 21-10-1894)
Año 1895:
-El marqués de Santo Domingo de Guzmán. Era Juan Maroto y Polo, mayordomo de semana del rey Alfonso XIII. (Fuente: Diario Córdoba de 5-6-1895).
-El ganadero y agricultor Eduardo Miura. (Fuente. Diario Córdoba 16-6-1895)
-El capitán general del departamento de Cádiz, el general Florencio Montojo (Fuente: La Correspondencia de España, 10-9-1895).
-Juan Gutiérrez de la Cámara, gobernador militar de Granada (Fuente: Diario Córdoba, 9-10-1895).
-La marquesa de Monteolivar, María del Rosario Diez de Bulnes y Espinosa de los Monteros, IV marquesa (Fuente: Diario Córdoba 19-11-1895).
-Los condes de Cárdenas (Fuente: Diario Córdoba, 23-11-1895).
Año 1896:
-Francisco Silvela (Fuente: Diario Córdoba 4-5-1896).
-El subsecretario de Gracia y Justicia, el diputado, Antonio García Alix (Fuente: La Correspondencia de España, 3-5-1896).
Año 1897:
-El gobernandor civil de Guadalajara, José Hierro y Alarcón (Fuente: Flores y Abejas, 19-9-1897).
-Francisco Silvela (Fuente: Diario del Comercio de Tarragona, 1-05-1897).
-El ex-alcalde de Almería y concejal liberal, Guillermo Verdejo. (Fuente: La Provincia, 2-6-1897-Almería)
-El periodista Fernando Soldevilla (n.Escalona de Alberche, Toledo, 1854-Madrid, 1931) Escritor y político español. Liberal moderado, fue diputado y gobernador civil en distintas provincias, además de alto funcionario de los ministerios de Gobernación y Trabajo. Redactor y colaborador de varios periódicos (El Día, El Imparcial) (Fuente: La Correspondencia de España, 13-9-1897).
-El general Federico Ochando Chumilla (Fuente: La Correspondencia de Alicante, 6-10-1897 y Revista “Blanco y Negro” del 30 de julio de 1898). Natural de Fuentealbilla (Albacete) estaba casado con Paz Serrano Navarro, sobrina de Luisa Serrano. En 1896 con el rango de teniente general fue destinado a la guerra de Cuba con el cargo de Jefe de Estado Mayor. En 1898 estaba destinado en Sevilla ocupando la jefatura del segundo cuerpo de ejército de Andalucía. Fue varias veces diputado por la provincia de Albacete desde 1879 por el partido Liberal fusionista; senador por la provincia de La Habana y senador vitalicio desde 1905 a 1922. También fue vicepresidente del Senado.
-Duque de Almodóvar (Fuente: Diario Córdoba 4-10-1897)
-El jefe del Partido Conservador de Almería, José González Canet (Fuente: “Cronica Meridional”, 1-11-1897). Se trataba del banquero almeriense, José González Canet, jefe del Partido Conservador almeriense, diputado y senador entre 1891-1893. Intervino en la Compañía de Ferrocarriles del Sur, también en la construcción de la plaza de toros de Almería; disponía de fábrica de empacar esparto.(Fuente: Crónica Meridional, 1-11-1897 y “Aportes para una historia de la banca en Andalucía, en bancaandalucia.blogspot.com).
Año 1898:
-Se encuentran en Marmolejo los condes de Ardales del Rio, Martín de La Bastida Herrea y María Magdalena Careaga y Rodríguez del Manzano (Fuente: Diario Córdoba, 2-4-1898).
-José Acosta Oliver, alcalde de Almería en 1890. Fue carlista ayudante del general Dorregaray; se exilió a Francia y a su vuelta montó una tertulia carlista en Almería, ciudad de la que fue alcale. (Fuentes: El Ferrocarril, 4-6-1898 y Sánchez Ramos, Valeriano, en www.dipalme.org).
-Francisco Silvela (Fuente: La Opinión de Tarragona, 8-10-1898). “En los círculos politicos se ha comentado mucho el discurso pronunciado por el señor Silvela en Marmolejo. Ha dicho que su partido es el llamado aocupar el poder muy pronto por contar con la confianza de las clases conservadoras” (Heraldo de Navarra, 4-10-1898). “72 representantes de los comités conservadores de Jaén han felicitado a Silvela surante su estancia en Marmolejo. Se hizo un banquete por el señor Prado, se destapó champaña. Acto seguido levantose D. Francisco Silvela entre aclamaciones de los concurrentes haciendo un elocuente discurso. Empezó tributando grandes elogios al Sr. Prado y Palacio. El orador fue muy aplaudido. El importante acto terminó a las 5” (Fuente: La Correspondencia Española, 4-10-1898). Silvela desautorizaba en un telegrama desde Marmolejo enviado al periódico “El Tiempo” unas declaraciones del ”Morning Post” de Londres atribuidas a él contra Sagasta. ( Fuente: Diario de Gerona, 9-10-1898).
Año 1899:
-El diputado a cortes y senador durante varios años por el partido liberal, por la provincia de Almería, Pío Abdón Pérez García. (Fuente: Crónica Meridional de Almería, 17-5-1899).
-Año 1900:
-Los duques de Granada de Ega (Fuente: La Correspondencia de España, 16-5-1900). Ell duque era Francisco Javier Azlor de Aragón e Idiáquez.
-Fallece cuando tomaba las aguas el canónigo de la catedral de Jaén, José Aguilar Sánchez (Fuente: “El Estandarte”, diario católico de Tortosa, 28-5-1900).
José Chinchilla y Díez de Oñate ocupaba el cargo de director general de la guardia Civil cuando visitó las aguas de Marmolejo en noviembre de 1888. Fue senador por la provinica de La Habana y Ministro de Guerra en 1890 en un gobierno presidido por Sagasta. Foto: wikipedia.
Juan Montilla Adán (Alcaudete, 1855-Úbeda 1910), abogado, periodista y político liberal fue ministro de Gracia y Justicia en 1902. Militó en el partido Liberal con el que obtuvo acta de diputado entre 1881 y 1900 por las circunscripciónes de Jaén, Granada y Canarias. Amigo personal de León y Llerena se encargó de su defensa en el pleito de la fuente del Moyanico. Foto: wikipedia.
José Zorrilla, escritor y dramaturgo, autor de Don Juan Tenorio, compartió la amistad de Mariano Pardo de Figueroa “Doctor Thebussem” en el Balneario de Marmolejo. Foto: wikipedia.
Villa Esperanza, en Mondragón (Guipúzcua) fue el lugar de veraneo de Eduardo León y Llerena y de Luisa Serrano. La villa era propiedad de su cuñado Juan García de Torres. Fuente:”Memorias de Villa Esperanza”.
Fuentes y bibliografía:
-Gabriel de la Puerta: “Análisis químico y memoria de las aguas alcalinas de Marmolejo”. Madrid 1884.
-Juan Domingo Pinedo: “El Moyanico: más sobre la eterna cuestión o despojo de las aguas medicinales de este nombre en Marmolejo (Jaén)”. Madrid, Carrión Hermanos, impresores. Año 1882.
-Diccionario biográfico de parlamentarios de Andalucía 1819-1869.
-Sánchez Ferré, Josep: “Panorama actual de las Aguas Minerales-medicinales en España, Historia de los balnearios en España. Arquitectura, Patrimonio, Sociedad”.
-Luis Alonso Álvarez: “Auge y declive del turismo termal en España, 1874-1936”.
-María Ester Alegre Pérez: “Notas sobre algunos abastecimientos de aguas Minero-Medicinales”.
-Gastón Phoebus: “Una Montería en el Socor”. Revista de España de enero de 1872, nº 24, página 268.
-José Santiago Gallardo: “Marmolejo y su Balneario. Un estudio histórico. Siglos XIX y XX”. En Actas del III Coloquio de Historia de Andalucía. Córdoba 1883.
-Manuel Perales Solís: “La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII”. Marmolejo 2002.
-Doctor Thebussem y el conde de Liniers: “Vida del Aguanoso”. Prólogo de Enrique Toral y Fernández de Peñaranda. Edita: Diputación de Jaén, 1991.
-Iñigo Ybarra Mencos: “El doctor Thebussem, la realidad de la ficción”. Editorial Renacimiento, 2009.
-Esperanza García de Torres: “Memorias de Villa Esperanza”. Edita: Imprenta Prensa Española, S.A. Madrid, 1945.
-Certificación Literal de la primera Inscripción de constitución de la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales de Marmolejo. Registro de la Propiedad nº 2 y Mercantil de Jaén.
-Archivo del Senado Legajo 245, conteniendo documentación sobre el senador Eduardo León y Llerena.
-Congreso de Los Diputados, Archivo Histórico de Diputados
-Blanco y Negro del 11 de agosto de 1900, número 484. Madrid. Hemeroteca del ABC.
-Boletín Oficial de la provincia de Logrono. Fecha 26-5-1883
-El Constitucional de Gerona del 12-11-1884
-El Imparcial de Madrid de 18-3-1902.
-Para las reseñas biográficas de muchos de los personajes que se mencionan se han utilizado, entre otras fuentes, los datos existentes en la wikipedia, cordobapedia y www.geneall.net.