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El hotel Cuatro Naciones

-Manuel Perales Solís-

Este edificio ubicado en la calle San Antonio debió de construirse en el último cuarto del siglo XIX. En 1910 cuando fue adquirido por Pedro Perales, “Periquito Semana”, era su dueño Adriano Vázquez-Pimentel, natural de Mengíbar personaje con posesiones agrícolas tanto en Mengíbar como en Marmolejo, de donde era oriunda su madre, doña Ana María Torres de Lemus. Este hombre fue un gran aficionado a la cultura poseyendo una biblioteca personal interesante que puso a disposición de los jóvenes apasionados por la lectura. Casó con doña Dolores Batmala Alba de cuyo matrimonio nació una única hija, que quedó ciega a los pocos meses de nacer.

El tal “don Adriano” debió de vivir esporádicamente en esta casa, hasta 1910 en que la vendía al industrial hostelero “Semana”. Siempre fue conocida como la casa de “Las Torres”, por sus dos torres gemelas que flanqueaban su armónica fachada de tres plantas. Las torres miradores se demolieron hacia la década de los sententa del pasado siglo, cuando el antiguo edificio del “Hotel Cuatro Naciones”, fue vaciado interiormente, para ser destinado a pisos y locales comerciales.

Tras su adquisión por “Periquito Semana” también se vería sometido a obras de adecuación para convertirse en un alojamiento hostelero. Curiosamente la agüista malagueña Enriqueta Raggio, que fue testigo de excepción, junto a su esposo Luis Mapelli, hacía mención en su diario, con cierto sentido crítico, a las reformas que se llevaban a cabo en octubre de 1911 : “Luis y yo dimos una vuelta por la Plaza del Mercado, viendo en la calle San Antonio, la obra que estaba haciendo Semana para poner un Fonda. Estábanle haciendo obra y echándola a perder al propio tiempo. Sus habitaciones que eran muy buenas, se habían convertido en estrechos y pequeños cuartos para los huéspedes. La caja de la escalera, que era hermosa, iba a desaparecer pues pensaban destinarla a otros usos hasta el piso segundo, lo que era lástima. En el patio o jardín, frente a la puerta, estaban haciendo la cocina, lo que resultaría poco pintoresco”. De todas maneras, Periquito Semana salvó las dos torres, aunque la vida de este histórico inmueble apenas alcanzó el cuarto de siglo pues cerró sus puertas para siempre en julio de 1936, tras el estallido de la Guerra Civil y la dramática muerte de su propietario a manos de milicianos republicanos.

Adriano Vázquez-Pimentel Torres propietario de la Casa de Las Torres, antes de ser adquirida por “Periquito Semana”.

La calle San Antonio con el hotel “Cuatro Naciones” a la derecha.

Fuente: Manuel Muñoz López.

Calle Perales con el perfil de la torre mirador del hotel “Cuatro Naciones”, al fondo. A la derecha, puerta de carruajes del hotel hacia la plaza de la Constitución cuando estaba siendo demolida (década de los setenta del pasado siglo). Fuente: Manuel Muñoz López.

 

En mayo de 1918 contamos con las referencias a este hotel, del doctor F. de Obulco, con motivo de una de sus visitas a Marmolejo para escribir sobre el balneario en la revista “La Ilustración Española y Americana”: “Marmolejo -nos dice- es un pueblecito limpio, muy blanco, muy alegre...; sus casas todas, cuidadosamente enjalbegadas de cal, reflejan, hasta dañar los ojos, la luz brillante del sol de Andalucía, más brillante aún que el sol de otros sitios. El dueño del “Cuatro Naciones” nos ha recibido “cordobés” en mano, a la puerta de su hotel. !Bienvenidos señores!, ha dicho con su meloso acento andaluz. Y mientras yo le respondo me fijo, a través de la cinta del barbuquejo, que en el forro del sombrero hay un retrato de “Machaquito”. ¿Está muy lejos el manantial? -he preguntado. -No señor: cerca y además hay tranvias; pero si quiere usted ver al médico-director, puede verlo aquí en el pueblo; vive en el número 13 de esa calle y ahora es la consulta. Un minuto después estoy en la casa del médico que, como casi todas las casas de Marmolejo, tiene un precioso patio-jardín cuajado de flores. Pasada mi tarjeta soy recibido inmediatamente -antes que todo el público que espera en la consulta, en gracia a mi calidad de colega- por el Dr. D. Juan B. Horques y Fernández, ilustre médico granadino, que durante la temporada oficial (de 1º de abril a 15 de noviembre) dirige el tratamiento de los enfermos. Durante el resto del año, que también está abierto el Balneario, se encarga un médico de la localidad..... Eran las doce y media y me marché a almorzar. En el Hotel Cuatro Naciones no parece que les preocupe mucho la cuestión de las subsistencias. El amplio y alegre comedor esta repleto de agüistas. Pronto he trabado conversación con mis vecinos de mesa y todos los elogios nos han parecido pocos ante la esplendidez y suculencia del almuerzo..”.

Pedro Perales Domínguez “Periquito Semana”(n.1866-m.1936). Fuente: Archivo Manuel Perales Solís.

Pedro Perales Domínguez (n. 1866-m.1936) empezó en su juventud como humilde cochero transportando agüistas desde la estación férrea hasta Marmolejo y viceversa, y desde Marmolejo al balneario y a los baños de Fuencaliente; contaba con un servicio regular de carruajes que conectó la estación de Marmolejo con Fuencaliente, haciendo parada en Cardeña donde recogía a viajeros del Valle de los Pedroches. Hacia los años iniciales del XX ya era poseedor de un aceptable patrimonio. Prototipo del “nuevo rico” de la época, hecho a si mismo a fuerza de tesón y trabajo, se convirtió en gran propietario agrícola en la zona del Charco del Novillo de Montoro: allí había adquirido diversas fincas de olivar al igual que otras tantas en el término de Marmolejo. Aparece además como arrendatario en 1931, de casi 100 has de tierra calma en la finca de Villalba, propiedad de Teresa Dueñas Tejedo “La rusa”. Un patrimonio, en suma, cercano a los 30.000 olivos y que, sin lugar a dudas, le convertirá en el más próspero y prometedor hacendado local. Cuentan quienes le conocieron que, sin embargo, nunca se olvidó de sus orígenes humildes y por eso todos los días festivos y fiesta anual de San Pedro repartía en la puerta de carruajes de este hotel, panes, garbanzos y aceite y una “perragorda” entre los jornaleros más pobres. Nada mejor que el testimonio de su hija, ya fallecida, María Josefa Perales Yedrá para describir la carrera fulgurante y la personalidad de este marmolejeño: “Mi padre empezó de la nada, como cochero de un carruaje tirado de caballos en donde traía a los agüistas desde la estación. Otras veces acercaba a muchos pacientes al balneario de Fuencaliente, localidad distante más de 50 kilómetros, para tomar los baños que allí existen. Poco a poco y con la ayuda de mi madre, Plácida Yedrá Vacas, que para mí era la pieza más importante, pues mientras mi padre descansaba, ella le preparaba el carruaje para cuando volviera al trabajo, fue adquiriendo cierta fortuna para permitirle hacerse con el establecimiento hostelero, “El hotel Cuatro Naciones” y una huerta detrás del Ayuntamiento, donde hoy está el mercado de abastos. Compró más carruajes hasta que prácticamente dispuso de un servicio extraordinario para todos los agüistas que venían. Luego comenzó con la compra de fincas llegando a tener una fortuna incalculable; quizás la mayor fortuna de la población. Nada más en olivos tenía la finca de “Las Loras”, “El Santo”, “Verdizales”, “Las Canteras”, una parte de lo que hoy es San Camilo, todo esto en el término de Montoro. En Marmolejo adquirió tierras de calma y la huerta del Ayuntamiento. Entre bienes urbanos contaba con los solares que hoy ocupa el ya cerrado cine “Bienvoy”; todo el solar donde se ubicaba la casa de los condes de Villaverde la Alta, el solar de la actual Biblioteca, los corralones del callejón del Molino Pintado, junto a la antigua calle de Los Bueyes (hoy Calvario) y el hotel Cuatro Naciones, con todos sus patios interiores. Y a pesar de todo mi padre era una persona muy sencilla, que ni siquiera había aprendido a leer y escribir. Por ello cuando quisieron hacerlo alcalde en una ocasión, el desistió pues nunca le gustó hacer carrera política. Él solo era lo que fue: un trabajador curtido y hecho a base de mucho trabajar. Su aspecto así lo denunciaba”.

Fuentes y bibliografía:

-”La Ilustración Española y Americana”, artículo titulado “La riqueza hidromineral de España: Marmolejo”, 22 de mayo de 1918. Autor: Doctor F. de Obulco. Biblioteca Nacional.

-Diario Córdoba: diversos números de los años 1905 a 1910. Hemeroteca del Ministerio de Cultura.

-Enrique Mapelli: “Diario de Enriqueta Raggio” Edición Ángel Caffarena. Málaga, 1969.

-Manuel Muñoz López: “Historia y costumbres de Marmolejo”. Edita el autor. Marmolejo, 1993. -Manuel Perales Solís: “La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII: 1900-1931”. Edita el autor. Marmolejo 2002.

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