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La izquierda marmolejeña en la Postguerra: Apuntes biográficos de Eduardo Casas Pastor 

-Trinidad Casas Perín y Manuel Perales Solís-



Eduardo Casas Pastor (n. Marmolejo 28-7-1910-m.Vendrell, 13-12-2002) era hijo de Manuel Casas Cano, y sobrino de  Gaspar Casas Cano, uno de los fundadores del Partido Socialista en Marmolejo. Tuvo seis hermanas/os: Juana (marchó a Sevilla en la postguerra), Rosa (murió pequeñita), Francisca (Santiponce), Rosa (vive en Sevilla), Gaspar (fallecido en Santiponce) y Miguel (Santiponce). Manuel Casas contrajo matrimonio con la marmolejeña Juana Pastor Santiago, estableciendo su domicilio conyugal  en la calle de las Cruces por encima de la casa de Carlos Sánchez “Triguero” (junto al desaparecido cine del Bienvoy). De allí trasladó su residencia a la calle Zapateros frente al taller del célebre  carpintero Alfonso Plaza.

Manuel era un afamado cortaor, con una nutrida clientela con la que no quería entrar en problemas por temas políticos. Por eso aunque era un obrero con ideas socialistas sin embargo procuró no manifestarse públicamente al respecto; muchos años marchaban a cortar a Quesada y a Almagro a la finca de D. Manuel Alcántara. En la evacuación del pueblo en la Nochebuena de 1936, salieron para Andújar y Villanueva de la Reina, luego volvieron a Marmolejo, pero de nuevo marcharon al cortijo de “El Soldaico” en la sierra de Andújar. Durante la guerra la mujer de Manuel hacía lo que podía pues Manuel  estaba ya enfermo y vendía verdura en Andújar con un carro a donde también le acompañaba algunos días Manuel. Finalmente marcharon a la finca de Valdeleches junto a otros familiares, para vivir en un granero. Estando en esta dehesa de Sierra Morena, Manuel enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de mayo de 1938. Desde allí se lo trajeron en un carro hasta el pueblo.



La única posibilidad de que el pequeño Eduardo adquiriese conocimientos básicos en escritura y números se la ofreció  la escuela de niños del Centro Instructivo Obrero en la que impartía clases el maestro de primaria José Lorite Castor y una de sus hijas mayores. De ahí le vino la soltura en la  lectura y la escritura y  un buen manejo de las matemáticas y, cómo no, su pasión inusitada por la lectura de libros, especialmente de literatura. Ese afán por aprender le perduró durante toda su vida e intentó transmitírselo a sus hijos. “Como vivía cerca de la Casa del Pueblo, a los 8 o 10 años iba todas las noches a leerle “El socialista” a los obreros. Después al constituirse las Juventudes Socialistas ocupó el puesto de tesorero y de secretario general de la Juventud Socialista Unificada en plena Guerra Civil hasta su  movilización al frente”.



Participó en la huelga de campesinos del 5 de junio de 1934, siendo detenido en la cárcel de Marmolejo y en la jornada revolucionaria del 6 de octubre del mismo año por la que sufrió prisión en Jaén desde octubre hasta el 1 de agosto de 1935. En los sucesos de octubre ayudó a Jerónimo Parras que era de derechas y amigo suyo, evitando que algunos fuesen a por él para darle una paliza (2).

Contrajo matrimonio en plena Guerra Civil (7-2-1937) en Marmolejo por lo civil con María   Perín  Moreno   (n.28-12-1913-m.23-10-1999),  hija    del    panadero  y    afiliado 

Eduardo Casas Pastor,  antes de la Guerra Civil.

Foto propiedad de la familia Casas-Perín.

 socialista Miguel Perín Ramos (3). Durante la República Eduardo ocupó varios puestos en el Ayuntamiento, hizo de “cura” en los entierros civiles y como cajero en la Delegación de Abastos. Al poco tiempo de casarse, aunque él no había hecho el servicio militar por falta de talla, movilizaron a su quinta, la del año 31, hacia principios de junio de 1937 y marchó a la 1ª Compañía, 2º Batallón, 100 Brigada, 11 División. Le tocó luchar en el frente de Madrid, cayendo gravemente herido de la pierna derecha en la batalla de Brunete (24 de julio de 1937) sufriendo fractura de rótula derecha y de fémur superior izquierdo.

María Perín y Eduardo Casas, tras salir de la prisión,en La Higuera de Arjona (Jaén).Foto propiedad de la familia Casas-Perín.

 Tras de simular haber muerto es rescatado, escondido entre unos zarzales, por un primo hermano de su mujer, Eduardo Perín Martínez (4). Trasladado al El Escorial y desde allí a Madrid  es intervenido en el Hotel Palace que estaba habilitado como hospital, a primeros de agosto de 1937, y consigue salvar la pierna. Desde Madrid pasa, a mediados de octubre a Sueca (Valencia) y más tarde, en enero de 1938,  lo trasladaban a Benirredrá (Valencia) cerca  de Gandía. En enero le nacerá su primer hijo Eduardo (7-1-38), y en junio de 1938 pasaba por el Tribunal Médico de Valencia dándole por inútil total al padecer fractura de rótula derecha y fémur superior izquierdo, ambas de bala (5).

Eduardo Casas en el hospital de Gandía (1938). Aparece sentado con una muleta en la mano. Foto de la familia Casas-Perín.

 De aquellas heridas le iba a quedar la secuela de una pronunciada cojera que le limitó para su vida posterior, aunque  siempre tuvo que trabajar en lo que pudo para sacar a su familia adelante sin que su minusvalía física la usase para obtener alguna ventaja. Se viene a Marmolejo (su padre Manuel ya ha fallecido de tuberculosis en 1938) y trabaja en arbitrios del Ayuntamiento Republicano hasta finalizar la guerra en que es hecho prisionero en la cárcel de Marmolejo (Carnicería) pasando el 28 de noviembre de 1939   a la prisión de partido de Andújar (Santa Marina). El 4 de julio de 1940 comparecía ante Consejo de Guerra y el 4 de noviembre de 1940 ingresaba  en la Prisión Provincial de Jaén como preso ratificado en Consejo de Guerra por Orden del Gobierno Civil.



Estando en Jaén se recibe copia del fallo, el día 10 de diciembre de 1940 y liquidación de condena del procedimiento 394, sobre rebelión y en cuya virtud el titular es condenado a seis años y un día de reclusión (6). También recibía allí la noticia de la muerte del pequeño Eduardo con solo cuatro años de edad.

En enero de 1943  salía en libertad condicional y dado el ambiente de hostilidad  que se encuentra en  Marmolejo hacia cualquier afiliado de izquierdas, decide marchar junto a su suegro Miguel Perín a trabajar a las minas de wolframio “La Trinidad” en las Tres Cabezas (término de Montoro) por recomendación de un pariente que estaba bien relacionado con la derecha marmolejeña. Allí se lleva a su mujer y en diciembre de 1943 le nacería su primera niña Olga. Miguel Perín acababa también de obtener la libertad condicional tras cumplir condena en Totana  (Valencia). El mineral de la zona de Los Rasos fue demandado durante la 2ª Guerra Mundial por los alemanes, al parecer, para la fabricación de las corazas de sus barcos. (7)



Hemos de puntualizar que en ningún caso se trataban de exilios voluntarios sino obligados, pues los informes emitidos por el Alcalde de Marmolejo dirigido al Patronato Central para la redención de penas tanto para el caso de Miguel Perín como de Eduardo Casas, y de otros muchos presos más de la izquierda, eran remisos a la libertad condicional, recomendado en su lugar el destierro de la localidad.  Su trabajo en la mina consistía en estar de pagador habilitado y luego de encargado del economato pues el anterior administrador, un tal “Rafalete”, había hecho un desfalco. En esta mina “Trinidad” trabajaron casi 100 obreros y disponía de  panadería y economato. Su cuñado Casto Perín Moreno también  estaba allí de panadero.

Cerro de las Tres Cabezas (término de Montoro), donde se encontraba la explotación minera de wolframio "La Trinidad". 

Foto Ana Contreras Merino.

Cuando cerraron estas minas de los Rasos por agotamiento de mineral y por la menor demanda de wolframio, debido a la finalización de la contienda, la familia se trasladó a Pozoblanco a unos yacimientos de bismuto del mismo dueño, José Ortiz Arana. Allí le nace su segunda hija, Manuela (30-7-45). Mientras tanto, en sus escasas horas libres Eduardo se empeña en estudiar por correspondencia para técnico topográfico en el Instituto Politécnico Popular de Sevilla, entre los años de 1944 a 1947, pero no pudo acabar los estudios. Entre 1947 y 1949 le vemos de nuevo por Marmolejo al frente de  una pequeña taberna que no le va bien. También pone una escuela particular para jóvenes y se la cierran las autoridades. Por estos años le nace su hija Trinidad (9-12-1947) y su hijo Eduardo (20-6-1949) el  más pequeño de la familia. Dada la situación de penuria en que se encuentran en Marmolejo, por indicación de amistades que ya se encuentran en Tarragona trabajando (zona de Calafell y Vendrell) deciden marchar a San Salvador de Vendrell a trabajar en lo que puede: campo, vendiendo gaseosas, etc. El 16 de julio de 1949 también marchaba su mujer para trabajar en las casas de los veraneantes.  fijando la residencia familiar en playa de San Salvador cerca de Vendrell. Con María marchaban también sus hermanos Miguel y Manuela Perín Moreno. A finales de 1949 también se van a Calafell su suegro Miguel Perín y Trinidad Moreno (7).



En relación a los avatares de la familia ya en Cataluña he preferido respetar íntegramente el texto escrito por Trinidad Casas Perín que amablemente me lo envió en 2009:


Retazos de la historia familiar ya en Cataluña: (8)

“Eduardo Casas se vino a Cataluña unos meses antes de julio de 1949. Se vino solo a casa de unos amigos de Marmolejo que ya habían venido antes, el matrimonio, Juan Roncero y Soledad. Creo que Soledad era pariente de mi abuela Juana. Poco después, el 16 de julio de 1949 se vino mi madre (María Perín Moreno) con los cuatro hijos que tenía entonces y con sus hermanos: Miguel Perín Moreno y Manuela Perín Moreno. Se fueron a vivir todos a San Salvador que es el barrio marítimo de El Vendrell (Tarragona). El otro hermano de mi madre, Casto Perín Moreno, estaba haciendo el servicio militar. Al cabo de unos meses se vinieron mis abuelos maternos, Miguel Perín Ramos y Trinidad Moreno Carmona. Ellos se fueron a una casilla de esas que tienen los payeses en el campo y que la ocupaba otra familia (los Chicollas, de Sevilla, creo) que se fue a una vivienda mejor. Esta casilla estaba entre San Salvador y Calafell.

En la mina “Trinidad” de los Rasos, (término de Montoro) año 1943. Eduardo es el que aparece en el centro portando unos papeles en la mano. Foto propiedad de la familia Casas-Perín.

María Perín Moreno y su hermano el malogrado José Matías Perín Moreno (n.30-11-1919-m.6-10-1934) muerto, a la edad de 15 años, en la puerta de su casa en la calle Canalejas por los disparos de la Guardia Civil, al ser confundido con su padre Miguel Perín Ramos. Foto propiedad de la familia Casas-Perín.

 Al venir mis abuelos, mis tíos solteros se fueron a vivir con ellos. En aquella época, como pasa ahora con los inmigrantes, a las personas que venían de fuera se las miraba con un poco de recelo y tenían reparo en alquilarle unas casas. Poco antes de casarse con un pescador de Calafell (Isidro Raventós) en 1954, mi tía Manuela Perín consiguió que le alquilaran un piso en Calafell y allí se marchó a vivir junto con mis abuelos y mis tíos. Actualmente, Manuela Perín Moreno y toda su familia (esposo e hijos y nietos) siguen viviendo en Calafell. Mi tío Miguel Perín Moreno (fallecido el 21 de agosto de 2005) vivió hasta su muerte en Calafell donde sigue toda su familia (esposa, hijos y nietos).



Cuando mi padre llegó aquí a Cataluña se tenía que presentar cada 15 días al cuartel de la Guardia Civil que estaba a unos 4 kilómetros en la playa Francás (no sé hasta cuándo) por el hecho de haber sido preso de guerra. Creían que, en una playa tan tranquila, los odios de la guerra no llegarían pero la mano del Régimen era muy alargada. Al inicio mi padre buscó trabajo de lo que fuera; aquí también era difícil encontrarlo. Mi padre iba andando a todos los pueblos de los alrededores  en  busca  de trabajo, fuera el  que  fuera. El  primero que 

 encontró fue de vendedor de gaseosas en un tren. En 1951 encontró trabajo en una granja de San Salvador; allí cuidaba de unas vacas, iba a buscar pienso a Vendrell (a 4 km, andando) y atendía los cultivos de la granja; estuvo 5 años. En el tiempo que trabajó en esta granja fue nombrado delegado comarcal de Vendrell y fue una semana (obligado) a una Residencia de Educación y Descanso de Tarragona para tomar nota de unas charlas que dieron a los delegados comarcales de la provincia de Tarragona, pagadas por los patronos. Por entonces el  sindicato vertical tenía varias estructuras para ensalzar la bondad del régimen. Una de ellas eran las residencias de Educación y Descanso. Estos centros llegaban a sustituir las Casas del Pueblo, Casinos, Ateneos del movimiento obrero. A través de las residencias de educación y descanso los productores recibían una preparación social, política y cultural de acuerdo con el ideario de la Falange

Más adelante, con el boom de la construcción, en 1956, empezó a trabajar de albañil. Este trabajo no era fácil para él debido a sus dificultades físicas (no podía doblar una pierna) pero era lo que había. A lo largo de su vida como albañil, tuvo dos accidentes laborales.
 

Al llegar a Cataluña, mi madre trabajaba en las casas de los veraneantes y en invierno cosía gabardinas y pantalones para casas de confección de Calafell. Mi madre sabía coser muy bien. San Salvador, en aquel momento, era una playa muy pequeña, donde en verano se llenaba de veraneantes y había mucho trabajo relacionado con ellos y en invierno sólo quedábamos alrededor de una docena de familias. El resto de las casas permanecían cerradas hasta la próxima temporada.



Poco a poco mis padres se fueron ganando la confianza de las gentes de San Salvador y muchos de los veraneantes les dejaban las llaves de sus casas para que en invierno cuidaran de ellas y solucionaran cualquier incidencia que surgiera. En invierno a veces se helaban las tuberías y había que arreglarlas, otras veces  se  inundaban  los bajos de 

 Salvoconducto que debían de llevar en plena postguerra los jornaleros  para poder salir a trabajar al campo. Documento propiedad de la familia Casas-Perín.

las casas por algún temporal del mar; de todo eso se cuidaban mis padres. En verano, mi padre, además de trabajar en su trabajo fijo, los domingos ponía los toldos en la playa para que los veraneantes se resguardaran del sol. También hacía de jardinero; todo era poco para llevar adelante una familia de cinco hijos. Los hijos también ayudábamos a nuestros padres en todo los que podíamos. Además mi padre consiguió un huerto prestado; se lo cedió, generosamente, una familia de veraneantes a cambio de que le cuidara casa y jardín. Aquel huerto era un rectángulo de unos 40 metros de largo por 20 de ancho. Mi padre tenía sembrados tomates, pimientos, judías verdes, habas, melones.



Era una buena ayuda para nuestra alimentación, y aunque también suponía una carga más para mi padre, el disfrutaba cultivándolo.

La primera vivienda que tuvimos al llegar a Cataluña, fue un fortín construido por lo republicanos en la guerra (hacia 1937) y que estaba abandonado y lleno de arena. Mis padres sacaron la arena y, como buenos andaluces, lo blanquearon y limpiaron dejándolo como los chorros del oro. Adosada al fortín, mi padre construyó una cocina con cañas; allí pasamos de todo, desde un incendio en la cocina de cañas hasta una riada, en 1952, en la que nos tuvieron que venir a rescatar con barcas.

Los abuelos Miguel Perín Ramos y Trinidad Moreno Carmona. Foto propiedad de la familia Casas-Perín.

 A partir de este suceso, los padrinos de mi hermano pequeño (José Matías Casas Perín  n. 21-12-1950) nos dejaron su vivienda en alquiler. Ellos se marcharon emigrados al Brasil. Aquella casa para los pequeños que no recordábamos otra cosa, nos pareció un palacio. En 1972, aproximadamente, al ser más mayor mi padre, tenía más dificultades para subirse a los andamios; entonces se colocó de portero en un edificio de San Salvador hasta su jubilación en 1975. Posteriormente continuó mi madre de portera hasta que ella también se jubiló, en 1980. Al jubilarse los dos se fueron a vivir a El Vendrell, donde se habían ido construyendo una vivienda.

Mi padre daba mucha importancia al saber y la cultura. De joven ahorraba todo lo que podía para comprarse libros. Siempre le he oído hablar de dos libros que para él fueron importantes; uno era “El libro del maestro” de José Dalmau Carles, editado en 1938; el otro “Heraldos del Porvenir” de Oscar Asa Tait, editado en 1919 por la Sociedad Internacional de Tratados, en Barcelona, este último heredado de su tío Gaspar Casas. A pesar de todos los avatares sufridos, siempre los conservó con él. Según cuentan mis tías, antes de la guerra, compraba los periódicos e iba a la plaza del pueblo y se los leía a la gente mayor que no sabía leer.

Nosotros, todos sus hijos, aprendimos de él antes de ir a la escuela. Siempre íbamos avanzados en lo que explicaba la maestra, porque mi padre ya nos lo había enseñado antes, sobre todo la lectura, la escritura y las matemáticas. Cuando en la escuela se hacían sumas, nosotros ya sabíamos restar, etc. Tenía mucho interés en que hiciéramos buena letra y no cometiéramos faltas de ortografía (él decía que eso era darle una patada al diccionario). Además de los deberes de la escuela mi padre nos ponía otros deberes y nos lo corregía cada día después de que sus hijos estudiaran. Se sentía orgulloso de que sus hijos estudiaran. Mi hermana Olga, la mayor, por las dificultades de los primeros años en que mis padres llegaron a Cataluña (se quedaba a cuidar de nosotros mientras mis padres trabajaban) no fue a la escuela pero mi padre le enseñó todo los básico. Ahora es enfermera, habiendo estudiado la carrera en Alemania y en alemán. Luego le convalidaron los estudios aquí en España y trabajó en el Hospital clínico de Barcelona, en trasplante de riñón, casi toda su vida laboral, hasta su reciente jubilación. Tres de sus cinco hijos, con  mucho tesón y esfuerzo (heredado de mis padres) hemos estudiado una carrera universitaria. Y curiosamente, las tres tienen que ver con lo que mi padre consideraba lo más importante para un país: la educación y la sanidad. 

NOTAS:

 

(1) Los datos biográficos del socialista marmolejeño Eduardo Casas Pastor, han sido posible reconstruirlos gracias al cuaderno de notas manuscrito del propio Eduardo conservado por su familia; a las aportaciones de su hija Trinidad  (Barcelona); su hijo Eduardo (Sevilla) y las hermanas de Eduardo, Juana y Francisca Casas Pastor. Juana nació el 6-4-1920 y Francisca el 14-8-1926, en Marmolejo. Actualmente residen en Santiponce, donde fui recibido con gran amabilidad  en la casa de Francisca,  el día 23 de noviembre de 2008.

(2) Testimonio de su hermana Juana Casas Pastor

(3) Miguel Perín Ramos había nacido en La Higuera, de profesión panadero, contrajo matrimonio con Trinidad Moreno Carmona. Tuvo tres hijos/as: Eduardo, María y José Matías (asesinado en la jornada revolucionaria del 6 de octubre de 1934). Miguel estaba afiliado a la UGT, ocupando el cargo de concejal en representación de dicha organización en el Consejo Municipal desde el 26 de mayo de 1938 hasta el 15 de noviembre, en que marcha movilizado al frente. Al finalizar la guerra lo hicieron prisionero en Totana (Valencia). Tuvieron 18 hijos (muchos morían al nacer). Sólo le llegaron a mayores 6 hijos: Eduardo (desaparecido, hacia 1939, en la guerra), María, José Matías, Casto, Miguel y Manuela.

(4) Eduardo Perín Martínez era hijo del concejal Antonio Perín Ramos; fue sargento en la 180 Brigada Roja con la edad de 29 años; su profesión antes de incorporarse al frente era la de panadero como su padre y su tío Miguel Perín. Le tocó luchar en la batalla de Brunete, y alcanzó la graduación de teniente del Ejército Republicano. (Testimonio de su hija Carmen Perín Ruiz, actualmente residente en Mairena del Aljarafe (Sevilla).

(5) Registro de Documentos del Archivo Municipal de Marmolejo del 7-7-38; Testimonio de Trinidad Casas Perín, y Documento de Declaración Jurada de Francisco Perales Padilla firmada en Marmolejo a 20 de febrero de 1977, y Apuntes del propio Eduardo Casas, recuperados por su hija Trinidad.

(6) Certificado de Fernando Ferrer Merlo, Subdirector de la Prisión Provincial de Jaén fechado a ocho de mayo de 1990). También recibía allí la noticia de la muerte del pequeño Eduardo con solo cuatro años de edad (7-3-42).  

(7) Testimonio de su hija Trinidad Casas Perín, recabado el 23 de septiembre de 2008 con motivo de una visita a Marmolejo.

(8) La autora de este texto, Trinidad Casas Perín, nació en Marmolejo en 1947. Es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y ha estado vinculada toda su vida profesional a la enseñanza pública trabajando en el Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña. Su otra pasión es la poesía, campo en el que ha obtenido numerosos reconocimientos.

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