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Antonio García Martínez "Maqueano"

1890-1953

Natividad Moreno García 

A Antonio García Martínez, le tocó vivir aquel tiempo de la Restauración monárquica; de los intereses de la élite política dinástica; del brote de los movimientos obreros, de las injusticias sociales, enquistadas más aun si cabe que en el resto de España, en su Andalucía natal; de la miseria del pueblo; de los privilegios sin medida de los señoritos,  de lo terrible de una guerra civil, del terror de una dictadura fascista.

Era  un hombre de ideas profundamente democráticas y tolerante, defensor hasta las últimas consecuencias de la justicia social, dialogante con el amigo y el adversario, autodidacta sabedor de la importancia de la cultura y la educación, emprendedor, de fuerte carácter a la vez que buen humor. Hombre que se agarraba con fuerza  a la vida, defendía el  derecho de todo hombre a vivirla dignamente, entregó su vida para defender estos principios y valores de los que hizo su credo, su religión.

Antonio García Martínez nació en 1890 en el pueblo jiennense de Andújar. Se traslada con sus padres y dos hermanas a  Marmolejo pueblo distante 11 kilómetros. Será aquí donde entre en contacto con el mundo de la Iglesia ejerciendo funciones de monaguillo hasta la edad de 14 años, cuando una pelea entre párrocos de la iglesia por la recaudación del cepillo hace recapacitar a Antonio sobre esos hechos. Abandona la tarea de monaguillo, y aprende el oficio de zapatero.

A los 22 años se enamoró profundamente de María Josefa Vergara Perales, que contaba por entonces 17 años; hija mayor de una familia de 9 hermanos, cuyos padres se dedicaban a la huerta y el comercio, lo que permitía a María disfrutar de una vida de comodidades y bastante desahogada. No obstante, no dudó en dejarlo todo por Antonio. Este acto llevó a que María fuera desheredada por su familia.

Transcurrido el tiempo, Antonio y María, contrajeron matrimonio por la Iglesia; alquilaron una casa del pueblo donde él ejercía su oficio de zapatero y María le ayudaba en ello. Fruto de ese matrimonio nacieron 16 hijos de los que tan sólo llegaron a mayores 9 de ellos (la mayoría fallecieron a causa de tosferinas y enfermedades infantiles sin llegar a superar los 2 años).

El negocio fue creciendo. Según testimonio de su hija María García Vergara “Mi padre se levantaba a las 5 de la mañana, trabajaba todo el día y una vez terminada su jornada en la zapatería, llevaba el calzado a los pueblos de los alrededores para venderlo, atravesando la Sierra de Cazorla por la noche, en verano o en invierno, expuesto al ataque de lobos que merodeaban esas sierras;  pero muchas eran las veces en que regresaba sin dinero, pues al ver tanta miseria entre obreros, campesinos, niños..., era incapaz no sólo de cobrarles en dinero, si no que tampoco aceptaba el pago en especie que algunos muy apuradamente tenían la voluntad de hacer, pues sabía que ese pago podía suponer el sustento familiar de un día”.

Su afán por obtener más ingresos que le permitieran sacar en condiciones a su familia adelante, le llevan a estudiar  solfeo; más tarde obtiene la  licencia de vehículos de transporte para uso público, una camioneta para trasladar mercancías entre los pueblos de la provincia; lo que le permitió a su vez instalar en su casa (ya en propiedad y de grandes dimensiones en la C/ Maestro) una frutería y puesto en el Mercado de Frutas.

En la zapatería llega a tener en torno a 10 obreros a su cargo, obreros que abandonaban sus trabajos con los ricos del pueblo para trabajar con él. Antonio, compartía el trabajo con sus obreros, no escatimaba en salarios, cuando llegaba la hora de pagar ponía encima de la mesa una moneda de plata tras otra hasta que sus operarios le decían: “ya está bien Antonio,  por favor, ya me has pagado tres veces más que lo que cobraba antes, a lo que él replicaba, no te estoy pagando más que lo que realmente es tu trabajo”.

Hombre de ideas claras y grandes capacidades se introduce en el mundo de la política, no por necesidad de defenderse frente a los patronos y caciques, pues siempre fue autónomo en su trabajo, sino por las injusticias que ve en su entorno y no es capaz de soportar.

Antonio García Martínez, conocido como “Maqueano”  fue junto a Gaspar Casas Cano y José Lorite Castor uno de los primeros afiliados que hacia 1918 fundaron el Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores en Marmolejo. En 1920 obtuvo acta de concejal junto a Gaspar Casas, convirtiéndose ambos, en los primeros concejales socialistas de la localidad.

Sobre el origen del Socialismo en Marmolejo el historiador Manuel Perales Solís nos cuenta: “En la C/ Divino Maestro, se reunía Antonio clandestinamente a la luz de las velas con un grupo de 8 ó 10 hombres, unas veces en su casa otras veces en otras, porque la gente de allí estaba muy coaccionada por los caciques del pueblo, las reuniones tenían que ser sumamente secretas, se sentían perseguidos, aquello suponía jugarse el trabajo, trabajo que era el que daban los caciques del pueblo. En esas reuniones clandestinas fraguaron la formación del Partido Socialista de Marmolejo”.

 

Entre esos primeros socialistas marmolejeños encontramos a Gaspar Casas, Antonio García Martínez “Maqueano”, y el que sería su gran amigo Andrés Rodríguez. En general estos primeros afiliados son hombres todavía jóvenes y de extracción social humilde. Tan sólo Gaspar Casas  superaba para entonces los 30 años. En 1918 aparecerán ya agrupados bajo la denominación de “Centro Instructivo Obrero” CIO (lo que hoy llamamos Casa del Pueblo), con sede social en la Calle Maestro.

En el aspecto de su formación ética y política, nos encontramos ante personas autodidactas, instruidas al socaire de las lecturas de folletos, prensa obrera, libros de ideología obrerista, o, simplemente atendiendo con verdadera fe los discursos de los líderes locales o provinciales, cuando recalaban por la Casa del Pueblo. En general podemos decir que ejercen un código de comportamientos éticos, integrado por reglas muy estrictas que se convierten, con el tiempo, en auténtica carta de presentación de su ideal. Prescinden de su bienestar privado en aras del de los demás; la solidaridad con los compañeros de clase más desfavorecidos se constituye en verdadera obsesión.



El año de 1918 sería el de la consolidación del socialismo. Hacia el 14 de diciembre de 1918 una huelga de aceituneros para la subida del jornal y la supresión de destajos, convocada por UGT, contaba con un significativo apoyo.

Pero no serán sólo reivindicaciones laborales la actividad de estos Socialistas. Conscientes de la importancia de la educación y cultura del obrero para la mejor defensa de sus intereses, encontraremos junto a estos primeros Socialistas a José Lorite, profesor de primaria que junto a su hija impartirá clases de alfabetización a los hijos de los afiliados en su casa de la C/ Maestro. Convencieron a mucha gente del pueblo para que fueran a la escuela, allí se les enseñaba a leer y escribir y se les explicaba  el mensaje del socialismo” (Testimonio del hijo de “Maqueano”, Antonio García Vergara).

Además, cuando los jornaleros terminaban sus labores, pasaban por la Casa del Pueblo, que siempre estaba llena y allí se les leían los periódicos, libros, se les informaba de las acciones del movimiento obrero, se representaban obras de teatro, se intentaban articular mecanismos  para  hacer  llegar la  cultura y el conocimiento a aquellos  que nunca  tuvieron 

acceso a ello, estos primeros Socialistas lo consideraban algo fundamental para la mejora de la clase obrera. Hacia 1920, el PSOE cuenta con 30 afiliados realmente comprometidos. El resto de componentes del CIO eran de la UGT. Los afiliados reciben la prensa socialista (básicamente “El Socialista”) que es distribuida no sin dificultades entre jornaleros, porque casi todo afiliado ha de ganarse el pan dando peonadas en las fincas de sus propios adversarios políticos en situaciones límites a la pobreza.



1920 ELECCIONES MUNICIPALES: 

En las elecciones municipales del 8 febrero de 1920 Gaspar Casas y Antonio García Martínez “Maqueano” se convierten en los dos primeros Concejales socialistas de Marmolejo, entre la oligarquía gobernante, a pesar de las trabas ejercidas durante aquella campaña electoral por las autoridades conservadoras para evitar la publicación de folletos y celebración de los mítines obreros. Gaspar y Antonio llegan a la política con un peculiar sentido de servicio a la Comunidad, no consintiendo extraer del ejercicio público una situación de privilegio o ventaja personal que pudiera dañar la imagen de honestidad del partido y del sindicato, sin percibir salario alguno por sus funciones de Concejales.



El empuje que esta nueva minoría “antisistema” iba a representar para las tesis obreristas se dejará notar en las decisiones y en los debates de la Corporación. Los Plenos se volvieron más encendidos e interesantes, a pesar de que la mayoría monárquica probase toda clase de recursos para evitarlo, como la celebración de las sesiones a horas inadecuadas, como las 11 de la mañana, esto es, en plena jornada laboral, lo que significaba un sacrificio económico añadido al ejercicio político, intentado además de esta manera, evitar  el control político que ambos ediles pudieran ejercer. Aun así, Gaspar y Antonio reclamaron sin fisuras las líneas maestras de su política social frente al bloque monárquico local :

- Transparencia en el gasto público. Equilibrio en los presupuestos.
- Abolición de prebendas y favoritismos en la recaudación de los impuestos, sobre todo el de consumos. Hay incluso una propuesta del concejal socialista Antonio García para que desaparezca el impuesto.
- Luchas contra las prebendas que favorecen a los amigos políticos.
- Construcción de viviendas para la clase trabajadora, que pusiera fin al hacinamiento en que viven los jornaleros de la localidad, solicitud que formuló García Martínez, en numerosas ocasiones.
- Ejecución de medidas para remediar las situaciones más calamitosas para los pobres como el reparto de panes, la incautación de trigo de las grandes fincas y de los hornos de pan.
- A menudo se negarán a asistir a los actos oficiales de la Corporación en las festividades religiosas o se opondrán rotundamente a que el Ayuntamiento se haga cargo de los gastos del Obispo en su visita a la localidad.
- Apoyo a los pequeños industriales y obreros frente a los intereses especulativos y abusivos de las grandes sociedades industriales de Marmolejo: La Sociedad de Aguas Minero-Medicinales.
- También el talante antimilitarista y de animadversión hacia las fuerza del orden, como la Guardia Civil, para ellos, al servicio de los intereses de los patronos para reprimir a los obreros, llegó a ser una constante           entre las filas obreras. En junio de 1922 la minoría socialista amenazaba  con votar en contra de la adquisición de una casa cuartel de la Guardia Civil si antes no se arreglaban los locales de las escuelas, en donde los niños estaban hacinados, careciendo de aire, luz y de todas las condiciones de la pedagogía moderna. (En ese sentido el apoyo a la educación pública estuvo siempre presente en sus reivindicaciones).

En 1920 las tensiones sociales son muy altas a consecuencia de la carestía de los productos de primera necesidad. En septiembre la situación se agrava, el pan subía, y también amenazaba la subida de las tarifas ferroviarias. A propuesta de los concejales socialistas Gaspar y  Antonio se acordaba dirigir al Gobierno una súplica para que ello no se lleve a efecto.
El socialista Gaspar Casas, proponía medidas de incautación de los trigos “ al que se negase a entregarlo al consumo público”. Este nos desvela la clave de hasta que punto algunas crisis de abastecimiento eran ocasionadas por la codicia de algunos patronos, con la ocultación de granos para provocar así subidas en los precios y obtener grandes beneficios. Probablemente no podía soportar la inmoralidad de estas prácticas mientras gran parte de la clase jornalera pasaba hambre, y por ello denunció con rotundidad, la venta al exterior de toda la cosecha de trigo de uno de los latifundios mayores del término municipal, propiedad de la Casa Ducal del Infantado. El alcalde conservador Enrique Ayala, ante la imposibilidad de frenar estas prácticas, sólo pudo comprometerse a gestionar de nuevo a traer trigo del vecino pueblo de Villa del Río.

Marmolejo: Plaza del Amparo hacia a principios del XX.

Parece que tampoco consiguió encontrar excesivo apoyo la vieja petición socialista de edificación de casas baratas para los trabajadores, hecho que suscitó una enconada discusión entre socialistas y el bloque monárquico. Antonio “Maqueano”, había visto y escuchado ya demasiado en su vida, ahora les tocaba a esos “parásitos políticos”  escuchar sin remedio lo que hasta entonces habían logrado callar.

 

En 1922 obtiene también acta de concejal Andrés Rodríguez, siendo ahora ya 3 los integrantes de la minoría socialista. Este panadero, se convertiría en 1931 en el primer Alcalde Socialista. Para entonces Gaspar Casas había fallecido, convirtiéndose Antonio García Martínez y Andrés Rodríguez (grandes amigos hasta el final) en los líderes del Partido y del movimiento obrero a nivel local.

Junto a viejos problemas sociales, surgirán nuevas reivindicaciones de las organizaciones obreras: el 1º de mayo de 1922 los comités conjuntos del PSOE y UGT acordaban las siguientes reivindicaciones a elevar a las autoridades locales:

 

- Gestionar del Gobierno la concesión de los terrenos del “Baldío” para la clase obrera.
- Resolución a la mayor brevedad posible del problema de la traída del agua potable.
- Que el Ayuntamiento reconozca como oficial la fiesta del 1º de mayo.



DICTADURA DEL GENERAL  PRIMO DE RIVERA 1923:

A la altura de 1923, la dictadura del general Primo de Rivera cerraba una etapa de luchas obreras, y de auge de las organizaciones de clase, abriendo un paréntesis de “tranquilidad contenida” en el que las actividades políticas y sindicales entraron en un obligado letargo del que no saldrán hasta 1930.

El Partido Socialista estuvo sometido a la mordaza política que le impone el régimen. La UGT, sin embargo se mantenía recelosa a pesar de que participó en el sistema de comités paritarios (patronos-obreros) para no perder el tren de las conquistas laborales logradas durante la etapa anterior. De hecho la actividad no se detuvo. A la altura de 1925, la dirección del sindicato “obligado legalmente” a ostentar la representación del movimiento obrero, dio un paso adelante, adquiriendo un nuevo edificio para Casa del Pueblo, capaz de albergar a los más de 300 afiliados que noche tras noche frecuentan la vieja casa de la calle Maestro. “Allí se dirigen para escuchar las lecturas de folletos y periódicos que son leídos en voz alta por los compañeros más inquietos, o para hacer públicas su reivindicaciones” (Testimonio de Juan Martínez Cano).
En la construcción de esa nueva Sede colabora gran cantidad de jornaleros del campo y de obreros de la construcción. Para sufragar los costos de las obras el Comité Ejecutivo del CIO decide sembrar varias fanegas de cereal en unos terrenos de realengo situados  junto al Balneario. Esta casa adquirida al médico local José Perales Jurado, queda terminada en 1926, dotándosele con un mobiliario bastante completo.

Su inauguración no contó con la autorización gubernativa, ni del beneplácito de las autoridades locales, quienes decidieron abortar el acto. Aun así se celebró, con la presencia de las fuerzas del orden  que ocasionarían en la puerta de la casa situaciones de gran tensión.

A pesar de los incidentes y trabas, el CIO seguiría catalizando a la clase obrera local.



CAMINO DE LA REPÚBLICA, 1930:

En 1930, una vez legalizado el PSOE y con los concejales socialistas repuestos en sus cargos, vamos a asistir a un nuevo empuje de las 2 organizaciones (PSOE-UGT). La labor realizada por los concejales socialistas entre 1920 y 1923 ha surtido los efectos deseados, y ello repercutió en el aumento de la afiliación. Entra la 2ª generación de jóvenes socialistas entre los que empiezan a destacar:
- Bartolomé Pastor Garrido (Presidente de las Juventudes Socialistas); Juan Martínez Cano; los hijos de Andrés Rodríguez: Andrés (abogado) y Bartolomé y Francisco (panadero como el padre, tras la guerra, será el único superviviente de la familia). La mayoría de ellos perderían la vida en los frentes republicanos durante la guerra civil. Los que sobrevivieron a la contienda sufrieron cárcel redimiendo condena en los célebres campos de trabajo penado.

Respecto a las tendencias ideológicas que predominan en la familia socialista ya en estos años, será la obrerista de Largo Caballero, la que arranque mayores adhesiones y simpatías (a la que se une “Maqueano”), si bien no se contemplan grandes divergencias en la convivencia con los planteamientos más moderados, de Indalecio Prieto, en los que al parecer se alinea Andrés Rodríguez. Los dos pertenecían al ámbito de los oficios urbanos, Antonio zapatero y transportista y Andrés panadero, los dos fueron grandes amigos hasta el final.



LA SEGUNDA REPÚBLICA  - 1931:

El 14 de abril de 1931, tras la celebración de elecciones municipales se proclamó la 2ª República. La República tuvo como objetivo configurar a España como Estado social de derecho, modernizarla y europeizarla. Inició una reforma agraria, promulgó una avanzada legislación social, transformó la educación con la construcción de 16.409 escuelas  , reformó la Administración de Justicia y el Ejército, y dio un nuevo rumbo a la política exterior al tiempo que acometió un importante número de obras públicas.


Las elecciones municipales del año 1931 se habían realizado por primera vez con plena transparencia. En Marmolejo, el resultado fue un triunfo claro de la lista socialista, que obtenía 10 de las 14 concejalías.

El 14 de abril de 1931 fue, para muchos, en especial para la clase obrera, la constatación de que el “gran día” había llegado. Antonio vivió esa jornada como una de las grandes de su vida, por partida doble además, porque cuando regresó a su casa la alegría fue aun mayor, encontró que  su mujer había dado a luz a la que sería nace su última hija, y a quien quiso llamar Libertad, en conmemoración del día en que había nacido. Finalmente su esposa convino que sería mejor que se llamara María, como ella, María García Vergara.

Al despertar el día 15 de abril es entregado con carácter aun provisional, el Ayuntamiento a los nuevos concejales en el transcurso de un pleno extraordinario. El día 18 de abril de 1931 se procedió a la Constitución del primer Ayuntamiento socialista en los que quedaron elegidos, entre otros, los siguientes cargos:

- Alcalde: Andrés Rodríguez Gómez
- Primer Teniente de alcalde: Ignacio Expósito Villar.
- Segundo Teniente de alcalde: Antonio García Martínez.
- Tercer Teniente de alcalde: Manuel González Lozano
- Concejal síndico: Manuel Flores Vallejo



-Restantes concejales socialistas: Antonio Molina Torralba
                                                                Francisco Vallejo Casas
                                                                         Francisco Martínez Velasco
                                                                Andrés Velasco Rivillas 



Y en este mismo acto “se propone que las sesiones se celebrarán los viernes a las veinte y una horas, siendo éste el medio de que puedan asistir todos los Concejales que durante el día tienen ocupaciones. Los Señores Concejales manifiestan estar conformes”.



En los primeros días de esta recién estrenada República se desatan en Marmolejo, altercados en torno a la Iglesia del pueblo. Antonio es avisado de este hecho y rápidamente acude donde se están produciendo los incidentes para acabar con aquella atrocidad. Cuando entra en la Iglesia profiere en voz alta a la muchedumbre desenfrenada: “Quietos, os ordeno que paréis, escuchadme ¿qué atrocidades son éstas?, ¿acaso esas estatuas os han hecho daño?,¿acaso os molesta que estén ahí?; si no os gusta la Iglesia, si no creéis en los Santos, haced lo que yo, no pongáis nunca un pie aquí dentro, yo tengo 9 hijos, y a ninguno he bautizado; pero respetad a los que así lo quieran hacer, porque con ello no hacen daño a nadie. La gente fue abandonando la Iglesia, sin que volvieran a reproducirse este tipo de incidentes.

 

En sus funciones de 2º Teniente de alcalde, y como miembro de la Comisión de Fomento y Obras Públicas, del PSOE y UGT Antonio participará en la vida política local emprendiendo y secundando diversas acciones durante los primeros años de la República desde el Ayuntamiento, orientadas siempre a la mejora de la clase obrera. Como miembro fundador y Secretario del Centro Instructivo Obrero será consciente de la importancia de seguir formando al obrero en la línea de saber hacer valer sus derechos, y de la necesidad de formación e información de los mismos:

A pesar de los esfuerzos del Gobierno Socialista del Ayuntamiento de Marmolejo por mejorar la situación social y política, siempre encontró de frente a una oligarquía muy fuerte, demasiado fuerte para un pueblo de 6000 habitantes, no olvidemos que sólo en torno a la Sociedad de Aguas de Marmolejo  giraban grandes intereses a nivel nacional, en la esfera social, política y militar. A nivel provincial los propietarios pronto pasaron a la ofensiva y se integraron en una Federación Provincial de Labradores, que   se emprendió una dura campaña de desprestigio contra el gobierno, rechazando todas las medidas adoptadas por éste, pintando con los tintes más sombríos la situación del campo. Prueba de ello fue la alta conflictividad que, aun antes de la llegada de las fuerzas conservadoras al poder registró la Provincia de Jaén. Todo ello hará sumamente difícil implementar las políticas agrarias  de la República , en concreto la Reforma Agraria, uno de las grandes temas pendientes de solución, que junto con la cuestión religiosa hará naufragar la llamarada de esperanza que supuso la Segunda República.



BIENIO NEGRO, 1934-1936:

La conflictividad extrema de 1933 hizo que Manuel Azaña presentara su dimisión y convocase nuevas elecciones. La desunión de la izquierda y la unión de radicales y conservadores hicieron posible el triunfo de una coalición de centro derecha.

Los resultados electorales de noviembre de 1933 agravaron todavía más la situación, ya de por sí extremadamente grave ese año.

La derecha, envalentonada tras su triunfo, endureció su postura mostrándose generalmente intolerante e incluso revanchista: disminución de salarios, suspensión de obras públicas, discriminación para contratar obreros, a lo que en Marmolejo se sumó una auditoría por   parte   del  Gobernador   Civil  de   Jaén,   D.  Fernando  Matos,  al 

En el diario madrileño “La libertad” salió la noticia de la apertura de la fuente de “Los Socialistas” el 20 de octubre de 1932. Uno de los impulsores de este “pequeño balneario popular”, sería Antonio García Martínez, junto al alcalde socialista Manuel Flores Vallejo “Lagaraña”.

Ayuntamiento de la localidad,  imputándole falsas acusaciones  con el fin de derrocar a la Corporación socialista. Hecho que se consumó y que dio lugar a la instauración de un Ayuntamiento de derechas (de carácter cuasi “autoritario” y con ganas de revancha), sin elecciones previas en marzo de 1934.

A pesar de este “Golpe de Estado”, la lucha por los derechos del movimiento obrero y social siguen su curso, muy al contrario de amilanarse, los ánimos se reforzaron, plantando cara, aun a riesgo de sus propias vidas en muchas ocasiones,  así:

El 1º de mayo de 1934, el presidente del CIO, Bartolomé Pastor Lozano, cursaba escrito a la Alcaldía para aclarar los oradores que intervendrían en un mitin a las 4 de la tarde en la Casa del Pueblo, entre ellos figuraba Antonio García Martínez; los oradores hablarían sobre la “Significación del 1º de mayo y asuntos políticos y sociales”. También se comunica que “no pudiendo celebrar dentro de la población manifestaciones” acuerdan tener una gira campestre que partirá a las 9 de la mañana del 1º de mayo.

Que entre el Balneario y el grupo de poder local e incluso nacional existió siempre una clara conjunción de intereses, no cabe la menor duda, aunque en ocasiones llegase a contar con la abierta oposición de algunos miembros de la oposición socialista. Cuando los intereses de la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales, la llevaron a privatizar el uso de esas aguas, Antonio “Maqueano” mandó que se abriera río abajo otra fuente para su uso público, pues muchos eran los pobres en el pueblo que padecían de dolencias que esas aguas remediaban, sin disponer de dinero para pagarlas. El Gobernador Civil de Jaén, ordenó el cierre inmediato de esa nueva fuente, a lo que Antonio hizo caso omiso. Ante la negativa fue enviada desde Jaén una patrulla de Guardia Civil,  que apuntando a Antonio con sus fusiles no tuvo más remedio que regresar por donde habían venido, porque todo el pueblo tras de él con piedras y palos les dijeron “si tocáis a “Maqueano”, con vuestros fusiles y todo, no salís ni uno vivo de aquí” (Testimonio de Encarnación García Vergara, hija mayor de Maqueano, a su hermana pequeña, María, y que estuvo presente en el incidente).



La conflictividad social y laboral fue en aumento en toda Andalucía y contribuyeron al estallido de la huelga general agraria en el mes de junio de 1934. En Jaén tuvo especial relevancia, alcanzándose una situación prerrevolucionaria con la gente echada al campo, incendios, agresiones por ambos bandos, detenciones masivas y deportaciones.

La llegada de la CEDA al gobierno agravó más la situación. Ante el miedo que este hecho guardara correlación con la imposición de gobiernos fascistas en Centroeuropa, el Partido Socialista y la UGT, donde se había impuesto la línea dura  de Francisco Largo Caballero, declararon un movimiento revolucionario en el mes de octubre, movimiento que a nivel nacional alcanzó gran virulencia en Asturias y Jaén.


JORNADA REVOLUCIONARIA,  6 DE OCTUBRE DE 1934:

El movimiento  se inició en las primeras horas del día 6. Los objetivos primordiales eran:
-1 la paralización de toda la actividad laboral;
-2 el corte de las vías de transporte y comunicación;
-3 y la neutralización de la Guardia Civil.

Jaén capital quedó prácticamente paralizada, en Marmolejo se organizó una auténtica resistencia popular armada que hizo necesario el concurso de fuerzas militares. La represión, al igual que en los sucesos campesinos de junio, fue muy dura, abundando las detenciones e incluso los malos tratos.
El fracaso de la revolución de octubre permitió a la CEDA revisión constitucional, supresión de las leyes anticlericales,  reducción de las socializaciones y de las autonomías., se derogó la ley de las cuarenta y cuatro horas semanales de trabajo, descendieron los salarios, y lo más importante, se puso freno a los arrendamientos colectivos, mientras se promulgaba una ley de contrarreforma agraria. Todas estas medidas, en una economía mayoritariamente agraria, incidieron negativamente en las condiciones de vida de los campesinos con un fuerte aumento del paro y de la conflictividad latente.


La huelga revolucionaria del 6 de octubre de 1934 marcará un punto de inflexión en la vida de Antonio García Martínez y su familia.

“La mañana del 6 de octubre todas las entradas y salidas de Marmolejo estaban ocupadas por huelguistas; en el centro del pueblo estaban reunidos los máximos dirigentes del CIO.   Una cuadrilla de piquetes patrullaba las calles de Marmolejo, dieron el alto por varias veces a una persona que se negó a cumplir la orden, alguien del piquete abrió fuego contra él matándole, resultó ser Matías Vidal, exconcejal del partido Conservador.

El resultado de aquella jornada de huelga fue terrible, Guardia Civil de Andújar y  compañías de soldados de Córdoba entraron a la carga en Marmolejo doscientos trabajadores fueron apaleados, sometidos a torturas, hechos presos y más tarde llevados a la prisión de Jaén, donde permanecerían año y medio hasta febrero de 1936 en que gana las elecciones el Frente Popular.  Otros se echaron a los montes para escapar de aquellas represiones. Antonio “Maqueano”,  hombre de gran influencia en el partido, y Andrés Rodríguez, eran los máximos dirigentes del  movimiento obrero por entonces, en Marmolejo, y como tales se les consideró los responsables de lo que aquel día ocurrió.

El testimonio de Manuel González Lozano (afiliado a UGT y en el 32 a PSOE) nos constata que: “Antonio “Maqueano” y Andrés Rodríguez se marchan del pueblo tras el 6 de octubre porque ni so se van se los quitan del medio”.

El 6 de octubre de 1934, junto con el hijo de Andrés Rodríguez, salieron del pueblo con dirección a la Línea de la Concepción y, a media noche lograron cruzar en una “barquilla” a Gibraltar donde pidieron refugio político.

Las autoridades también buscaron los medios de hacerse con ellos deduce de una carta fechada en Jaén a 19 de noviembre de 1934 de un tal Manuel Hurtado contestando a otra del Alcalde de Marmolejo. Dice así:
“Mi distinguido amigo: recibo su atenta carta acompañándome oficio sobre la malversación de fondos cometidos por Andrés Rodríguez y Antonio García, de cuyo oficio le doy traslado al Sr. Gobernador Militar del Campo de Gibraltar como me tenía interesado dicho señor, para poder gestionar la extradición de dichos individuos, así es que espero la contestación para que en caso de ser detenidos sean trasladados a esta prisión o a Marmolejo, pero a éste último sitio es más difícil porque ya no me darán dietas. Sin más por hoy salude afectuosamente a D. Miguel Vencelá y a todos los amigos y Usted sabe le aprecia su buen amigo q.e.s.m. Firmado: Manuel Hurtado. Post data: salude a Navarro y a Herrera”. (Eran dos guardias civiles del cuartel de Marmolejo muy destacados en la dura represión de la jornada revolucionaria de 6 de octubre).

La revista gráfica “La Estampa”, editada en Gibraltar, ilustraba el 29 de febrero de 1936,  la vida de los refugiados políticos de izquierdas en Gibraltar. El periodista Javier Sánchez-Ocaña recogió en este artículo las vivencias sufridas por Antonio García “Maqueano”, y Andrés Rodríguez para llegar al Peñón tras la dramática jornada revolucionaria vivida en Marmolejo el 6 de octubre de 1934.

Antonio conseguirá trasladar a su familia primero a la Línea y luego a Gibraltar, gracias a la ayuda de buena gente que encontró en su camino. En Gibraltar trabajó como encargado de la Zapatería “Bata”, de gran fama por aquellos entonces, y una vez reunida toda la familia allí, “vivieron los días más felices de su vida, en aquel rinconcito de gloria” como dice su hija pequeña, María, aquella que naciera el día que se instauró la Segunda República.

 

Recogiendo el testimonio de su hijo Antonio García Vergara (entrevista realizada en 1988) y de su hija María Josefa García Vergara (entrevista realizada en marzo de 2003) podemos resumir muchos de los tantos hechos que tuvieron lugar entre 1934 y 1942.

“Estuvimos en Gibraltar hasta el 36 cuando el 16 de febrero gana las elecciones el Frente Popular (En Marmolejo ganó por mayoría absoluta a pesar de tener a 200 afiliados socialistas en la cárcel) y entonces fue, cuando mi padre y Andrés Rodríguez salieron de Gibraltar para la Línea de la Concepción. Mi padre trabajaba en Gibraltar y vivíamos en la Línea.
Cuando comenzó la Guerra Civil nos refugiamos nuevamente en Gibraltar. Andrés Rodríguez se quedó en la Línea, y le cogieron y le fusilaron con uno de sus hijos, cuando mi padre se enteró, tuvimos que sujetarlo, porque creíamos que se volvía loco (sus dos hijas murieron de tuberculosis. Sólo sobrevivió su hijo Francisco, que fue miembro de la Ejecutiva del PSOE de Coria del Río (Sevilla), y Bartolomé.
Desde Gibraltar se fueron mis hermanos mayores a la guerra…cada uno vivió su historia también:

 

- Besteiro (de carácter muy noble, el que siempre acompañó a  mi padre en sus mítines y actos políticos) se escapó de madrugada e intentó embarcarse de polizón en las bodegas de un barco para venir a la guerra sin decir nada en la familia, pero antes de zarpar el barco fue descubierto y le devolvieron a nuestra casa en Gibraltar, por ser menor de edad.

- Juan, mi hermano mayor, se fue voluntario al frente. Llegó a Valencia, al presentarse y decir hijo de quien era, una vez cotejada la información,  le encomendaron una delicada tarea y de tremenda confianza: ir al frente para llevar los partes de por dónde debían ir avanzando las tropas republicanas en su ataque. Le dieron un coche y una pistola del 9 largo, “si te cogen los nacionales, esta pistola es para que te pegues un tiro, porque lo vas a pasar mucho peor si no”.

 

- Santiago, fue a la guerra por su quinta, y cuando ésta terminó, estando ya nuestro padre en la cárcel, tuvo que seguir tres años más en el ejército con el régimen franquista. Una mañana, estando en el cuartel todos formados, pusieron a unos cuantos hombres de izquierdas en el paredón para fusilarlos; los mandos fueron nombrando y ordenando un paso al frente a los soldados que les tocaba fusilar a aquellos hombres, cuando dijeron su nombre, mi hermano se negó, y dijo: “Yo no voy a matar a ninguno de esos hombres, porque es como si matara a mi padre, así que cuando quiera tire del gatillo” (el castigo a una negativa así era fusilar al soldado en el momento).
Tal vez la fuerza de sus razones, removieron las conciencias de sus mandos, tal vez le salvó el ser de los pocos por entonces que sabían conducir y su función era llevar en coche a los altos cargos. El resultado, en definitiva, no fue el fusilamiento, sino el confinamiento en una celda durante bastantes días en la que tan sólo podía permanecer de pie, o a lo sumo agachado, salvando de este modo la vida.

Antonio y el resto de su familia salió de Gibraltar en febrero de 1938 vía Tánger, Marsella, Barcelona, de Barcelona a Valencia y de allí a Andújar y luego a nuestro pueblo.

El 25 de marzo de 1938 empezó el bombardeo de la aviación fascista desde Porcuna y el día 27 hubo otro bombardeo, mi padre nos buscó entonces alojamiento en Andújar, en casa de unos familiares y fuimos trasladados desde Marmolejo. María, la pequeña, “la rubita” como la llamaba su hermano Andrés, que contaba por entonces 7 años, recuerda como en el camino a Andújar, caían las bombas a su alrededor. Y como una vez en Andujar, su madre la recogía con la misma manta que dormía y con ella en brazos salían corriendo en mitad de la noche a los refugios para salvarse de los bombardeos.

Antonio fue nombrado Comisario de la Octava Región Aérea (que residía en Baeza) pero no llegó a tomar posesión del cargo. Dos meses antes de acabar la guerra mi padre y mi hermano Besteiro, que iba mucho con mi padre, tenían pasaporte para embarcar en Almería con destino a Méjico. Pero mi padre no quería ser de los primeros en salir corriendo, y por descuidarse cuando llegaron a Almería el barco ya se había ido, porque las fuerzas nacionales se habían instalado en Almería. Entonces regresó a Marmolejo con mi hermano, y aquí fue detenido en el momento de su llegada, por la Guardia Civil, que lo confinaron en la “Casa del Conde” junto con mi hermano Besteiro, al que soltaron después. Mi padre pasó a la cárcel de Marmolejo.

 

Como no sabían como hacer más daño a nuestra familia por las acciones y la militancia de mi padre de los años  de atrás, los fascistas del pueblo acusaron a mi hermano Besteiro de haber provocado un incendio en una huerta del  pueblo, pagaron a una prostituta para que lo acusará, lo detuvieron, y lo metieron en los calabozos de la Guardia Civil y tras varios días de darle palizas, (él era un chico de unos 18 años, y muy fuerte) lo sacaron ya medio muerto, no podía ya caminar y entre dos guardia civiles lo llevaron arrastrando a mi casa, donde estaba mi madre. Allí murió y obligaron al médico a certificar que había muerto de “calenturas tifoideas”. Mi madre se acercó a la cárcel para pedir que dejaran salir a su marido, tan sólo para ver a su hijo por última vez antes de enterrarle, pero se lo negaron.

Antonio García Martínez, tras salir de la madrileña cárcel de Porlier en 1943, fijó su residencia familiar en la popular barriada de Vallecas donde murió el 12 de noviembre de 1953, a la edad de 63 años. Aparece en esta foto, realizada en su obligado “exilio madrileño”, junto a su mujer, María Josefa Vergara Perales (izquierda) y su suegra Clara. (Foto propiedad de la familia García-Vergara).

El día del entierro de Besteiro mi padre estaba en la cárcel, y se oyeron las campanas de la Iglesia, siempre sonaban así cuando alguien moría, mi padre comentó “alguien ha muerto, quien habrá sido...!” sus compañeros le ocultaron que era su hijo al que iban a enterrar.



Antonio fue trasladado después a la prisión de Santa Marina en Andújar, a donde mi hermano Fernando caminaba todos los días 11 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para llevarle algo de comida a mi padre, aunque nosotros entonces no teníamos casi para comer.

De la cárcel de Andujar, pasó a la de Jaén, donde fue juzgado y condenado primero a pena de muerte, luego a 30 años, y después la dejaron en 20 años y un día. Con esta condena de 20 años pasó a Madrid, a la cárcel de Porlier, y de allí en el año 43 le salió libertad, y lo renunciaron desde Marmolejo, o sea, como desterrado, que no podía volver allí.

Antigua cárcel de Porlier en Madrid, de donde Antonio García “Maqueano”, saldría en libertad en 1943.

En 1943, cuando salió de la cárcel, toda la familia se trasladó a Madrid. Pronto la casa de Antonio se convirtió en centro de reunión, su hija María nos recuerda como, sobre todo los domingos, su casa estaba siempre llena de amigos de su padre que hablaban de política. Ella misma traía en una cesta como si de comida se tratase, libros que compraba en casas clandestinas.



Antonio se levantaba todos los días a las 5 de la mañana y se ponía a leer, luego preparaba el desayuno para sus hijos y su mujer y los despertaba a todos. Se sentía feliz y orgulloso de ver a toda su familia sentada a su alrededor. Además llegó a conocer a 6 de sus 22 nietos, con quienes dicen que disfrutaba muchísimo.

Una mañana salió de casa  pero a mitad de camino sintió malestar y regresó, falleció esa misma tarde, fue una angina de pecho, eran  las 5 de la tarde del 12 de noviembre de 1953. “Su mujer María Josefa García Perales cuenta con 58 años, deja  8 hijos: Encarnación, Juan, Santiago, Antonio, Pablo, Fernando, Andrés y María” según reza su partida de defunción; dejó mucho más, dejó plantada la semilla de una sociedad mejor y más justa que la que él vivió, ahora nos toca recoger el testigo a nosotros y seguir luchando, queda mucho por hacer.



NOTAS:

1Resumen de algunas de las Actas Capitulares del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Marmolejo de comienzos de la década de los 20.
2 Según datos de la exposición “Exilio”, celebrada en el Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid (17 septiembre-28 octubre 2002. Fundación Pablo Iglesias).
3 Ejemplo de ellas son las leyes adoptadas entre abril y mayo de 1931, antesala de la Reforma Agraria:
- Ley de términos municipales obligando a los patronos agrícolas a emplear a los jornaleros vecinos del municipio en que se asentaba la explotación
- El decreto que prohibía momentáneamente desahuciar a los arrendatario.
- La fijación de la jornada laboral campesina en 8 horas, al igual que en los restantes sectores de producción.
- El decreto de laboreo forzoso que obligaba a los propietarios a cultivar sus tierras si no querían que éstas fueran entregadas para su explotación correcta a entidades campesinas.

(*) Natividad Moreno García, es nieta de Antonio García Martínez. La presente investigación sobre su abuelo, forma parte de un trabajo de carrera mucho más amplio que presentó en el 2003, en la Universidad Complutense de Madrid y que tituló “Me contaron e indagué: Antonio García Martínez “Maqueano”, 1890-1953”.

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