La Casa del médico Perales

-Sobre apuntes de Juan Perales Padilla (*)-

 

Este inmueble, enclavado en la confluencia de la calle Divino Maestro con Jesús perteneció desde la década de los veinte del siglo pasado al médico y hacendado agrícola natural de Marmolejo, D. José Perales Jurado. Antes de ser adquirida por el médico Perales, la casa perteneció al sastre Don Ezequiel y en épocas anteriores al marqués de Albaida y conde de Antillón, cuyos titulares disponían de la finca de Los Mártires en el pago de la Dehesa Cerrada. Cuando D. José Perales la compra se encontraba arrendada a “Periquito Semana”, industrial hotelero y gran propietario agrícola, dueño de diversos predios en el Charco del Novillo y de varias fincas urbanas en Marmolejo. La casa era de enorme dimensiones formada fundamentalmente de cuadras y corrales con fachadas hacia la calle Maestro y la calle de Jesús.

 

El nuevo propietario le obró el piso inferior para acondicionarlo de cara a convertirlo en lugar de residencia particular para los periodos de tiempo que pasaba en Marmolejo ya que habitualmente vivía en Madrid, donde ejercía su profesión de médico-cirujano en el sanatorio del Rosario. La parte de arriba la dejó como estaba aunque la elevó en altura construyendo la actual torre mirador y el molino de aceite hoy día transformado con escaso acierto estético en Museo Etnológico. Esta desacertada intervención acabó con la uniformidad que antaño mantenían las dos fachadas de este gran dificio constituido por la casa propiamente dicha (dotada de amplias estancias con un pequeño oratorio o capilla) y la zona de uso agrícola constituida de molino de aceite, cocheras, graneros, corrales y patio troje.

 

También reformó el molino de aceite que movido por un motor eléctrico y un sistema de transmisión a base de poleas, disponía de unas características torres de hierro para el prensado hidraúlico de los capachos. En el molino solo se molturaban las aceitunas de las fincas de su propiedad, tales como El Ecijano, Casillas del Marqués, Marina, La Viñica, Ramicos, Campiñego, Aposentillos, Cuesta de Polo, Herradura, Loma Candelas etc, y en su bodega junto a los fosos de decantación había depósitos con capacidad suficiente para albergar la producción cercana a los 200.000 litros de aceite.

 

La actividad de este molino aceitero de nombre “Santa María”, en honor de la esposa de D. José Perales, la asturiana doña María Rodríguez-Arango Arango, comenzaba hacia la principios de diciembre coincidiendo con la festividad de “La Pura” y solía terminar hacia finales de febrero, aunque en aquellos tiempos debido a la lentitud de la molienda, eran muchos los años que la recolección se alargaba hasta las vísperas de la Semana Santa, sobre todo en los años de buenas cosechas.