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El puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir

 

-Manuel Perales Solís-

El magnífico puente que hay junto al Balneario, sobre el Guadalquivir, se encontraba ya semidestruido hacia 1784, y así perduró muy probablemente hasta la finalización de las obras de reconstrucción llevadas a cabo entre 1876-1879 cuyo proyecto fue obra del ingeniero de caminos Antonio Fortún  y el posterior Proyecto Reformado del ingeniero José María Iturralde, encargados ambos por la Dirección General de Obras Públicas a partir de 1869.

Sobre el Guadalquivir, en el camino viejo que unía la llanura bética con Sierra Morena y la Meseta Castellana, y a escasos metros de los manantiales de aguas mineromedicinales, su construcción pareció responder a la política de unión territorial que marcó el nuevo concepto de estado moderno de los Austrias, siendo por tanto, una oportunidad de progreso económico para toda la comarca de Andújar y muy especialmente para el entonces denominado “Lugar de Marmolejo”.   Su finalidad sería facilitar el paso desde la campiña a la sierra, y vicerversa, en unos momentos, -siglo XVI-, de intensa actividad ganadera.

Durante la última etapa del reinado de Carlos III, el Conde de Floridablanca, su Secretario de Estado, atendía la petición de la ciudad de Andújar y del Lugar de Marmolejo para que se reparasen los puentes del Salado y del Guadalquivir que se encontraban con problemas para el tránsito, “ambos en el término e inmediaciones del lugar de Marmolejo”. Esta necesidad fue atendida por  Carlos III en octubre de 1784,  y quedó plasmada en una Real Orden en la que el rey manifestaba haber mandado al corregidor de Andújar “disponga la reparación de estos puentes, valiéndose de los caudales públicos de aquella ciudad y de la villa de Marmolejo….Si faltare caudal se suplirá del fondo del camino de Andalucía, con calidad de reintegro….Quedará a cargo de los dos pueblos la conservación. Aranjuez a 10 de Abril de 1785. El conde Floridablanca”(1).

 

Este puente del Balneario es una obra realizada en piedra arenisca de color rojizo que en nuestra comarca denominamos de azucareña o molinaza. Consta  de 7  arcos de medio punto  y una   longitud  de 125 

Puente de Marmolejo hacia 1907, desde la orilla izquierda

metros, alcanzando una altura desde la base del cauce de 25 metros en su arco principal, y una anchura de calzada de 6 metros. Su fábrica responde a dos épocas distantes en el tiempo casi tres siglos: la del tramo antiguo, del XVI, formada de tres arcos de medio punto con sus pilas y tajamares de sillería regular, engarzada a la margen derecha, y  la del tramo del XIX, unido a la margen izquierda,  compuesta de cuatro arcos de medio punto de sillería concertada en sus tímpanos, sillería regular en los frentes de los arcos y ladrillo en las bóvedas de cañón. Los cuatro arcos del XIX tienen una longitud de luz de 11,20 metros cada uno, mientras que los tres restantes del XVI presentan luces, empezando desde la margen derecha de 9, 23, y 13,20  metros respectivamente.



Benito del Castillo

La primera reseña histórica sobre la parte más antigua del puente la encontramos en el testamento del maestro de cantería, Benito del Castillo fechado en Jaén el día 21 de mayo de 1600, donde declaraba “que yo he fecho por salario la puente que está en la villa de Marmolejo sobre el río Guadalquivir, y está por averiguar la quenta” si bien el historiador del arte Arsenio Moreno no descarta la hipótesis de que se tratase de un encargo heredado de su padre.

En relación a Benito del Castillo decir que está debidamente documentada por Arsenio Moreno su biografía: “Este maestro debió de nacer en Jaén, en la collación de San Ildefonso, al menos unos diez años antes después de la venida al mundo de su hermano Francisco. Era por tanto el último hijo varón de Francisco del Castillo “El Viejo”. Debió de iniciarse desde muy joven en el oficio de la cantería”. Casado en la villa de Marmolejo con María Suárez, ésta aportaba al matrimonio dos mil ducados y un olivar, junto al ajuar necesario. Esos bienes –dice Moreno-, unidos a otros adquiridos ya en el matrimonio como un cortijo y tierras en el término de Porcuna, o las propias rentas de su trabajo situaban económicamente a este maestro en una situación más que aceptable. Esta holgura económica es la que, sin duda alguna, le permitirá, salir de fiador de varias de las obras que su hermano Francisco dejara inacabadas. Lo que si podemos colegir de él, continua apuntando Arsenio Moreno, es que su producción como maestro de cantería se ejercerá básicamente en dos ámbitos geográficos diferentes; de una parte la Encomienda de Calatrava, siguiendo la tradición de su hermano Francisco, donde concluye algunas obras de éste o iniciando otras nuevas, y de otra parte la comarca de Andújar dada la residencia en Marmolejo durante gran parte de su vida profesional. En este sentido se sabe que Benito va a intervenir en la conclusión de templos como Santa María de la villa de Martos y de Jamilena”.

En otra clausula de su testamento, declaraba igualmente haber realizado obras de carácter civil como una torre de reloj en la villa de Porcuna y una portada para la puerta de la villa, así como un puente en el río Rumblar de Bailén, junto a otras de carácter religioso como la iglesia de la villa de Higuera de Calatrava o su intervención en la iglesia mayor de Porcuna que tres siglos después reconstruyese en su totalidad el arquitecto Justino Flores. En suma, en opinión de Arsenio Moreno, Benito del Castillo será el caso más significativo e importante de los discípulos más acreditados de su hermano Francisco.

 

Dos siglos y medio después, Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico, nos iba a dar cuenta de la situación en la que se encontraba la obra de Benito del Castillo hacia 1848: “El río Guadalquivir atraviesa por este término de este a oeste. Sobre él hay un puente de seis arcos a ¼ de legua de la población, todo de piedra áspera rojiza, como el de Andújar, pero está cortado y se pasa por unos tablones. Dicho puente se empezó a construir a expensas de los vecinos y se concluyó en 1587”.

Puente de Marmolejo hacia 1907, visto aguas abajo.

Cuando el ministro de Isabel II realiza la recopilación de estos datos, aún no se había reconstruido la parte arruinada que por lo que se desprende de sus datos se trataría de uno de los antiguos arcos, pues aún existen 6 arcos de los 7 que en su origen tuvo que tener el puente. Para sortear ese arco arruinado los  usuarios lo hacían por un pontón de madera levantado a expensas del gobierno de la villa. Por otro lado pudo existir un baile de cifras en las informaciones recabadas por el citado ministro pues a la luz de las investigaciones realizadas por el historiador del arte, el marmolejeño Gaspar Aranda Pastor, la fecha de culminación de la obra del arco principal, grabada en la bóveda de dicho arco, es la de 1578.

Vista del puente de Marmolejo sobre el Guadalquivir. 18 de Febrero de 1963. Fuente: Sebastián Pastor Lozano

Nuestro paisano Gaspar encontró epigrafiadas en la fábrica del puente tres cartelas: Cartela 1 contiene la fecha de 1578 con una cruz. Ésta aparece en lo más alto de la bóveda, en la cara rectangular de uno de los sillares centrales. La cruz ocupa el centro de la superficie, y a los lados de sus brazos horizontales está acoplada la fecha: se presenta dividida en dos pares de números: a la izquierda se talló 15, y 78  a la derecha. Cartela 2: contiene S(AN) BART(o)L(o)ME. En dos sillares del ángulo de unión del pilar izquierdo con su tajamar, asoman horizontalmente sólo las cabezas de las letras SBARTLME, pues el resto está tapado con una gruesa capa de hormigón moderna. Cartela 3: IHS  MARIA. Se encuentra tallada en un sillar de la primera hilada horizontal del pilar derecho al lado del espolón. La inscripción refiere Iesus Homo Salvador-María de lo que se deduce que esta magnífica obra fue dedicada a estas tres figuras claves del cristianismo.

La reconstrucción del puente:

 

Ya a principios de siglo XIX, tenemos noticias de que el puente estaba cortado y se pasaba gracias a un pontón de madera que suplía la parte arruinada. Este dato se desprende del plan de ataque sobre las tropas francesas ubicadas en Andújar programado por los altos mandos del ejército español en el Consejo de Guerra celebrado  en Porcuna, el día  11 de julio de 1808.  El citado plan conllevaba que el general de origen suizo Teodoro Reding cruzase el Guadalquivir por Mengíbar para dirigirse sobre Bailén, apoyándole el general Antonio Malet, marqués de Coupigny,  que había de pasar el río por Villanueva de la Reina. Al mismo tiempo el general Francisco Javier Castaños quedaba encargado de avanzar con la tercera división y la reserva para atacar de frente al enemigo desde las lomas de la campiña cercanas a Andújar, mientras que por el flanco derecho del río deberían de atacar las tropas ligeras y cuerpos francos (integrados de voluntarios) del general Juan de la Cruz de Mourgeón(2) quien atravesando por el puente de Marmolejo, “que aunque cortado anteriormente  ya estaba transitable” debería de abordar Andújar desde la zona de Sierra Morena. Dice la crónica publicada por el diario “Guadalete” que el general Cruz una vez atravesado el puente se sitúo sobre las alturas de la Sementera (quizás quiso decir: Centenera)  para desde allí divisar las posiciones del ejército francés de Dupont en las afueras de Andújar.



Las tropas de Cruz de Mourgeón que atravesaron el puente sumaban un total de 3.000 hombres integrados en las compañías de tiradores de Cádiz, tiradores de España, y tiradores de Montoro y Compañía de la costa de Granada y Málaga. En esta última estaban encuadrados los 200 expresidiarios malagueños (3) y más de 400 voluntarios de la provincia.

Al anochecer del día 14 de julio de 1808 ya no quedaban fuerzas francesas al sur del Guadalquivir excepto la propia cabeza de puente colocada por Dupont para cubrir los accesos a Andújar desde Córdoba por la carretera de Andalucía. Esta tropa tuvo que replegarse en la mañana del día siguiente debido a los bombardeos de las divisiones de Castaños situadas frente esa ciudad sobre las lomas de la actual estación de Ferrocarril. Mientras tanto el cuerpo franco de Mourgeón atravesaba el Guadalquivir aguas abajo del puente de Marmolejo que, al parecer, estaba custodiado por las tropas francesas. El puente fue tomado entre otros por los citados expresidiarios. Mas tarde fueron contraatacados por la caballería de Dupont teniendo que refugiarse estas tropas en las alturas de Sierra Morena. Las citadas escaramuzas en torno al  puente crearon el nerviosismo en el general Dupont que 

El general Juan de la Cruz Mourgeón atravesó con sus tropas ligeras y de voluntarios por el puente de Marmolejo, en julio de 1808.

no conocía con seguridad el número de fuerzas españolas que habían atravesado el río por Marmolejo, temiendo por tanto la aparición de las mismas al norte de Andújar, por lo que llegó a pensar que la gran batalla se iba a dar aquí y no en Bailén, como finalmente sucedió.

 

Hecho este inciso necesario para dar cuenta de un acontecimiento histórico vinculado a la historia del puente, hay que decir que la oportunidad para la definitiva rehabilitación y reconstrucción de esta obra del Renacimiento iba a llegar 61 años después al amparo del Plan General par Mejora de la Red de Carreteras aprobado por Real Orden de 6 de septiembre de 1864 en el que se contemplaba la construcción de una línea entre Andújar a Villanueva del Duque por Villanueva de Córdoba y Pozoblanco, y que a juicio del ingeniero Fortún “contribuirá a hacer más cortas las comunicaciones de las provincias de Jaén y Córdoba con parte de la de Ciudad Real”.

Plano de Marmolejo, hacia 1869, realizado por el ingeniero Antonio Fortún para el proyecto de construcción de la carretera de Andújar a Villanueva del Duque

En realidad el ambicioso proyecto no sólo aportaba la mejora sustancial del trazado del viejo camino de carne existente entre Marmolejo y la serranía, sino que además se construían dos puentes más pequeños sobre los arroyos Seco y del Agua, así como un puente sobre el río de las Yeguas (hoy inundado) en el mismo límite con la provincia de Córdoba. Por tanto tan magna obra iba a representar un fuerte impulso económico para la comarca olivarera que había surgido en toda la franja de tierras comprendidas entre el piedemonte de Sierra Morena y el Guadalquivir. Razones de este calado serán las que arguya el propio Fortún  a la hora de defender su proyecto de carretera frente a las tesis  mantenidas por los propietarios y Ayuntamiento de la ciudad de Andújar, más favorables a un itinerario alternativo que les diese fácil acceso a sus dehesas en plena Sierra Morena, sin tocar apenas el valle del Guadalquivir. A estas pretensiones el ingeniero contestaba con el siguiente razonamiento en su “Memoria Descriptiva”: “Mientras uno de los trazados pasa por Marmolejo atravesando, entre toda la longitud comprendida entre Andujar y el confín de la provincia, numerosos olivares cuyos cuantiosos productos son hoy de difícil extracción, marcha el otro por la Sierra, a través de inmensos jarales sin que se presenten a la vista del viajero los seculares bosques,  los  grandes  viñedos, y las  ricas  producciones…. 

Tiene además el primer trazado sobre el segundo la ventaja de aproximarse algo más a la ciudad de Montoro y por consiguiente facilitar las comunicaciones entre Villanueva de Córdoba y dicha población que es cabeza del partido judicial”.



Respecto a la situación que presentaba el puente en 1869 la citada “Memoria Descriptiva” habla de que sólo se conservaban en pie circo arcos de medio punto  y el resto se suplía con un pontón de madera formado de tres tramos de 6 metros de luz, formados cada uno de ellos de largueros de madera que se apoyaban por sus extremidades sobre pilas de mampostería y se hallaban sostenidos en su punto medio por sopandas y jabalcones. El ancho entre pretiles de la parte antigua era de 6 metros y la de madera solo de tres metros. Concluía Fortún que en la parte de madera existían antes dos arcos de menor luz que los que quedaban en pie, los cuales debieron ser derruidos en una de las grandes avenidas del río. No es posible precisar si parte de las pilas de mampostería eran restos de los antiguos pilares o si en su totalidad fueron reconstruidas. Respecto a la época de este acontecimiento no se conservaba dato alguno, pues los más antiguos marmolejeños consultados en esos años por el ingeniero, habían nacido en 1771 y solo recordaban el intento de reconstrucción  de la parte derruida por  las municipalidades de Andújar y Marmolejo. Finalmente no se pudo llevar a efecto por falta de medios, habiéndose limitado a levantar el citado pontón provisional de madera que al parecer en los años de grandes crecidas volvía a ser arrastrado por las aguas teniendo necesidad de reconstruirlo nuevamente.

Vista general del Puente de Marmolejo durante la riada del 63. Fuente: Francisco Carlos Lozano Merino

Al llevarse a cabo los estudios previos para la construcción de la nueva carretera Fortún examinó detenidamente el estado del puente resultando del reconocimiento practicado “que pueden aprovecharse para paso de la carretera los cuatro arcos de la margen derecha cuyas pilas y bóvedas presentan suficiente estabilidad y no exigen sino pequeñas reparaciones para hacer desaparecer los deterioros que han sufrido los tajamares y frentes de aguas arriba. En cuanto al quinto arco y tramos de madera se hallan en estado completo de ruina y no es posible pensar en aprovecharlos”.
Posteriormente en el Proyecto Reformado del año 1876 del ingeniero José María Iturralde, el cuarto arco hubo de descartarse prácticamente en su totalidad, respetándose básicamente en lo demás, el proyecto de Fortún. Las obras fueron encomendadas definitivamente con al contratista Juan Antonio España.
En relación a los avatares sufridos por el pontón de madera provisional encontramos algunas referencias en las actas capitulares del Ayuntamiento en fechas ya muy próximas a la reconstrucción definitiva del puente. En ese sentido en diciembre de 1876 se acordaba el nombramiento de un comisión formada por Manuel Medina Yuste y Manuel Perales Medina que debería de encargarse de reactivar los trabajos que se llevaban a cabo en el pontón tras los desperfectos ocasionados por las crecidas del Guadalquivir, instando a los vecinos que tenían caballerías a que contribuyan a los muchos gastos que se están haciendo para construir los dos tramos del pontón derruidos. El Ayuntamiento daba cuenta en enero de 1877 al Gobernador Civil de la Provincia, de los daños ocasionados por las maderas que descendían por el Guadalquivir causantes de los daños ocasionados sobre el pontón en dos de sus mejores tramos (4). Como consecuencia de ello habían decidido usar parte de esas maderas para la reposición de los tramos dañados y solicitar a los dueños de las maderas una indemnización por los daños causados en el pontón.

Finalmente respecto al tipo de materiales a emplear en la reconstrucción el Pliego de Condiciones Facultativas del Ingeniero José María Iturralde introducía una novedad al proyecto inicial de Fortún y es que el origen de las piedras a utilizar no deberían de provenir de las canteras del lugar denominado “Majadas Altas” (o Majartas) y si de los lugares conocidos como “Pico de las Angosturas” y “Arroyo de las Gradillas”(5) pues alegaba el ingeniero que la piedra de dicha cantera “es una arenisca casi blanda, de pésimas condiciones para una obra tan importante como la reparación del puente pues sobre ser algo heladiza, es muy poco tenaz e inadecuada para resistir la presión a que ha de verse sometida en los arcos”  motivo que explicaría el deterioro tan temprano sufrido por el puente. El presupuesto final de las obras fueron de 52.286,052 escudos siendo recepcionadas las obras de manera definitiva, junto al  primer trozo de carretera comprendido entre el empalme con la carretera de Madrid a Cádiz y el citado puente, el día 4 de agosto de 1879.

 

Hoy a la altura del siglo XXI, y al igual que lo hiciera desde su construcción, este singular puente sigue permitiendo el necesario transporte de los frutos de miles de hectáreas de olivares del antiguo Pago de Cerrada (6) y de las muchas ganaderías que pastorean  por Sierra Morena, proporcionando con ello riqueza y progreso a la economía de nuestra localidad y de nuestra comarca.

Vista aérea del Puente de Marmolejo durante la riada de 2010. Fuente: Francisco Carlos Lozano Merino

Notas:
(1) La reparación a la que hace alusión la Real Orden, no consistió en una reconstrucción completa de la parte derruida, sino de una solución provisional consistente en un pontón de madera, por donde se estuvo pasando hasta finales del siglo XIX.

 

(2) El general Juan de la Cruz Mourgeón y Achet, era mariscal de campo del ejército español en la guerra contra el francés. Fue nombrado capitán general y presidente de la ciudad de Quito por el rey Fernando VII,  entre 1819 a 1821. Falleció en Quito en 1822.

(3) Teodoro Reding en tiempos que fue Gobernador  de Málaga (1886-1808) dio libertad a aquellos presos no implicados en delitos graves para, para que redimieran sus condenas batiéndose contra los franceses. Entre los que salieron de la Cárcel Pública de Málaga y otros internamientos de la provincia, el gobernador pudo contar con un total de doscientos que con otros efectivos partieron de Málaga a mitad de junio para ser encuadrados en las unidades del ejército de Andalucía que la Junta Suprema de Sevilla estaba preparando para enfrentarse al ejercito francés mandado por Dupont. (Reseña publicada por Jesús Manuel Castillo Ramos en el blog de la Asociación Torrijos 1831.)

 

(4) Aún en estos años era corriente el transporte de maderas a lo largo del río Guadalquivir; muchas de ellas procedentes de las sierras de Segura y Cazorla.

(5) Supuestamente sospecha José María Iturralde que las piedras para la obra original fueron traídas desde las canteras de Majadas Altas o Majartas. Este lugar se encuentra ubicado sobre los laderones de Majartas (zona del camino del Barco), junto al Guadalquivir. Sin embargo la piedra que sugiere utilizar debería ser extraída de unas canteras existentes sobre el Arroyo de las Gradillas (zona del Pilar) y del “pico de las Angosturas”, próximo a las  “escalinatas” del Balneario.

 

(6) Era así llamado desde antiguo por tratarse de una amplia superficie de dehesas de difícil acceso por encontrarse encerradas entre el río Guadalquivir y  Yeguas.


Fuentes y bibliografia:

 

-Archivo Histórico Provincial: “Proyecto y Proyecto reformado para la construcción de la carretera de tercer orden de Andújar a Villanueva del Duque”. Legajo nº 31645. Años 1869 y 1876.

-Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marmolejo año 1876 y 1877. Ayuntamiento de Marmolejo.

 

-Aranda Pastor, Gaspar: “El puente de Marmolejo sobre el río Guadalquivir. Los últimos hallazgos para su conocimiento histórico-artístico” Publicado en Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada”.

-Moreno Mendoza, Arsenio: “Francisco del Castillo y la arquitectura manierista andaluza”. Colección “Patrimonio Andaluz “Pablo de Olavide”. Diputación Provincial de Jaén. Año 1984.

 

-Almendral, José María: “Jaén desde sus obras públicas”. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería. Ediciones Turner, 1986.

-“El Guadalete”; periódico político y literario. Editado en Jerez de la Frontera. Número 15596 del sábado 18 de Julio de 1908. Artículo denominado “La Batalla de Bailén”.

 

-Asociación Torrijos de Málaga: “Retazos de la Historia: en recuerdo de los presidiarios que atravesaron el puente de Marmolejo en los prolegómenos de la Batalla de Bailén”. Director: Jesús Manuel Castillo Ramos.

-Colección de Reales Ordenes comunicadas a la Real Academia de San Carlos. Valencia en la imprenta de D. Benito Monfort. Año 1828 (disponible en Internet).

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