El brigada Hermenegildo Martínez Felices y el Escuadrón de Caballería republicano

-Manuel Perales Solís-

El brigada Hermenegildo Martínez Felices.Foto propiedad de H. Roberto Martínez

Recibí hace unos años la llamada de D. Hermenegildo Roberto Martínez Ruiz. No le conocía pero él se había tomado la molestia de localizarme para contarme una historia entrañable relacionada con Marmolejo acaecida a su padre,  el maestro herrador de caballería  del ejército republicano, Hermenegildo Martínez Felices, durante la Guerra Civil. Me pareció interesante no sólo porque los hechos guardaban relación con nuestra localidad sino por ser una de esas historias de guerra que felizmente acaban bien y que él mantenía guardada en su memoria desde hacía tiempo.

  Nacido en Alcaracejos (Córdoba), el 2 de julio de 1906, Hermenegildo ingresó voluntario en el cuerpo de Caballería en marzo de 1927, con la categoría de herrador de 3ª, obteniendo la categoría de maestro herrador forjador (con el grado de brigada) en enero de 1929.  En su hoja de servicios consta que fue destinado al Regimiento de Artillería Ligera nº 1 (Getafe) en octubre de 1930. Asimismo consta que en 1931, fue destinado al Regimiento de Artillería nº 2 de Vicálvaro, al que se incorporó con su batería el primero de marzo. Más tarde, en abril, era trasladado a la Escuela de Equitación Militar en Campamento de Carabanchel y el 26 de febrero de 1933, prestaba la promesa de fidelidad a la Bandera de la República ante el estandarte del Regimiento de Artillería a Caballo.



Durante la Guerra Civil el brigada Hermenegildo Martínez, se encontraba destinado en Marmolejo (desde marzo de 1937),  dentro del 2º Escuadrón de Caballería  de Úbeda que  había establecido su campamento en las afueras de la localidad. La misión de estas tropas a caballo  era proteger las líneas fronterizas haciendo operaciones de “descubierta”, para detectar la existencia de posibles unidades enemigas en torno a la franja de frontera o “tierra de nadie” entre Marmolejo, Lopera y Villa del Río. Mientras tanto su familia, formada por esposa, una niña y un niño pequeño (H. Roberto) quedaría viviendo en Úbeda (Jaén) durante más de año y medio. 

  Este escuadrón era una unidad perteneciente al Regimiento de Caballería nº 4  y contaba entre sus mandos con el comandante Manuel Fontela Frois, militar con brillante hoja de servicios a la República que había destacado  en la defensa del sector de la Moncloa  durante los duros combates por la defensa de Madrid. Por sus méritos, el gobierno republicano  le había concedido la “Placa Laureada” en enero de 1938, máxima distinción militar de la República que sólo llegaron a ostentar junto a él, los generales José Miaja Menant  y Vicente Rojo Lluch.

Otros oficiales de este Regimiento fueron los capitanes  Antonio Pizarro, Ángel ¿Zardoin?, Francisco Martínez y Manuel García, datos que he podido obtener de la documentación  obrante en el Archivo Histórico Nacional de Salamanca, toda ella emitida en Marmolejo entre los meses de enero y abril de 1938. Hay que añadir que el 4º Regimiento pertenecía a la 2ª Brigada de Caballería de la República reorganizada en julio de 1937 con los dos regimientos existentes en Úbeda, a cuyo mando estaba el teniente coronel Fajardo.

Durante el tiempo de permanencia en Marmolejo han quedado algunas huellas documentales de la colaboración prestada por el Escuadrón  de Caballería de este 4º Regimiento, con el Consejo Municipal y el Frente Popular marmolejeño(1), ambos presididos por Ignacio Expósito Villar, poniendo, unas veces, a disposición de las autoridades locales  su personal  sanitario de campaña (médicos y practicantes) o prestando, otras, servicios de policía en el cumplimiento de la ley y del orden en tiempo de guerra. En ese sentido el  11 de abril de 1937, el Gobernador Civil de Jaén remitía el siguiente telegrama al Jefe del Estado Mayor en Andújar comunicándole lo siguiente: “Habiendo acudido este Gobierno Civil la vecina de Marmolejo Luisa Hierro Gómez, que le ha sido requisado el Hotel Madrid de que era propietaria, así como otra pequeña casa sita en la calle Perales, del mismo pueblo, dejándola sin vivienda, con seis hijos, todos menores, uno de ellos fallecido recientemente, sin tener en donde alojarse, y no constando ni en la Alcaldía, ni en este Gobierno,  sea facciosa, ruegole interese del Jefe de la fuerza del Escuadrón Caballería Segundo Úbeda, para que se deje desocupada la vivienda calle Perales, pueda ser ocupada esta familia, participándolo este Gobierno civil comunicarlo a la interesada, por ser de justicia. Saludole”.

   Unos días después, un oficio del Gobernador Civil fechado el 16 de abril,  reiteraba el texto del telegrama así como la exigencia de que se devolviese a la citada Luisa Hierro la casa de su propiedad en la calle Perales, que se encontraba habitada, según el oficio, “por mujeres, al parecer, familiares de la fuerza que la tiene requisada”.

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   Finalmente la orden del Gobernador Civil se cumplió y el veintiséis de abril el teniente coronel Jefe del Ejército de Operaciones del Sur (20 División) daba cuenta a Jaén  del desalojo y entrega a Luisa Herrero de su casa por el Escuadrón de Caballería; no así del hotel Madrid que como el resto de hoteles y fondas habían sido requisados para alojamiento de jefes y personal de tropa de las distintas unidades militares republicanas destacadas en este frente de guerra.

Hermenegildo Martínez el día de su boda en 1932. Foto propiedad de H. Roberto Martínez

En los últimos momentos de la contienda, previsiblemente hacia final de enero, cuando ya empezaban a correr las noticias de que todo estaba perdido, y mucho antes de tomar   Marmolejo las tropas sublevadas el veintisiete de marzo de 1939, el Escuadrón de Caballería comandado por Fontela Frois, emprendió una larga retirada hacia Francia buscando seguro refugio para evitar las duras represalias del ejército de Franco. Atravesaron el país por carreteras y caminos de segundo orden; a veces campo a través y por sierras frías e inhóspitas; mal alimentados (tomando muchos días sólo avellanas), coincidiendo casi al final de la marcha con la columna de Durruti, también en retirada. Pero el destino quiso que  no se interpusiese ningún otro obstáculo importante en su camino que les impidiese alcanzar la frontera el día 9 de febrero de 1939 con casi todos sus efectivos indemnes.

Alcaracejos (Córdoba), de donde era natural el brigada Hermenigildo Martínez Felices

El brigada Hermenegildo quedó en Francia hasta el 20 de junio de 1939 en Playa de Saint Cyprien, momento en que decidió volver a España, pensando que en su larga hoja de servicios no habría motivos para las temidas represalias. Pero detenido y encarcelado en la prisión de Montjuit pasó a disposición del Juez Militar de la 4º Región Militar (con sede en Barcelona) hasta el 4 de enero de 1940. Más tarde quedó a disposición del Juez Militar de Suboficiales de Madrid, estando en situación de Disponible Forzoso hasta mayo de 1944 en que causaría baja en el Ejército, teniendo que buscar empleo en una pequeña fábrica metalúrgica madrileña.
   Dada su  excelente formación y  experiencia en el mundo del caballo, Hermenegildo pasó el resto de su vida civil entre Solana del Pino y Madrid, como profesional prestigioso en esa faceta, hasta su fallecimiento en 1967.  En su hoja de servicios existente en el Archivo Militar de Ávila, se le reconocería finalmente el grado de capitán, aunque de esta circunstancia nunca tuvo conocimiento en vida.
  Respecto al comandante Manuel Fontela, según el testimonio aportado por el propio H. Roberto Martínez, rehízo su vida como profesor de Educación Física en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid entre los años 50/60 de la pasada centuria.